Foto / Noticias de Israel.
Por: Guillermo Alvarado
Una gran indignación recorre el mundo tras el brutal asesinato de la periodista palestina-estadounidense Shereen Abu Akleh, quien fue abatida por el ejército sionista de Israel, a pesar de llevar todos los distintivos que la acreditaban como trabajadora de la prensa en funciones.
La comunicadora de 51 años nació en la parte oriental de Jerusalén ocupada por Tel Aviv, estudió en la Universidad de Yarmouk de Jordania, y durante casi tres décadas se dedicó a reportar las atrocidades cometidas contra la población de Palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Se trataba de una profesional con gran experiencia y reconocimiento, que fundó y trabajó en la radio La Voz de Palestina, colaboró con la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Radio Monte Carlo, Amman Satellite Channel y Moftah Foundation, antes de entrar a la cadena Al Jazzera en 1997.
Además de su reporte cotidiano acerca de la situación de su pueblo, se le conoció por su cobertura en numerosos eventos, entre ellos el cerco israelí contra Yenin, en 2002, la muerte del líder Yasser Arafat, en 2004 y varios intentos frustrados de hallar una solución política para el Oriente Medio.
Por su desempeño profesional era sin duda alguna una figura incómoda para el gobierno de Tel Aviv.
Aunque tanto el primer ministro, Naftali Bennett, como otros funcionarios israelíes intentaron desviar la responsabilidad por este asesinato, con el argumento de que hubo actividad rebelde en el lugar de los hechos y pudo haber caído por un disparo palestino, las evidencias muestran lo contrario.
Otros comunicadores que estaban allí negaron cualquier presencia ajena a los soldados sionistas, o que hubiese ocurrido algún tipo de combate. La Universidad Najah, en Nablus, donde se realizó la autopsia de Abu Akleh, informó que ésta recibió un impacto de bala en el rostro.
El gobierno de Palestina, numerosas organizaciones y varios países exigieron una investigación independiente sobre lo que parece ser una ejecución directa, perpetrada con total intención y sangre fría.
A principios de este año la comunicadora escribió sobre la ciudad de Yenin, donde perdió la vida esta semana, que "encarna el espíritu palestino que a veces tiembla y cae, pero, más allá de toda expectativa, se levanta para continuar sus combates y perseguir sus sueños".
La Corte Penal Internacional tiene abierta una investigación contra Israel por posibles crímenes de guerra contra los civiles palestinos, un proceso plagado de obstáculos sobre todo por la actitud de Estados Unidos que tiende un manto protector contra su aliado y gendarme en el Oriente Medio.
Matar la verdad es siempre una conducta de imperios y ocupantes.