Presidente de China, Xi Jinping.Yue Yuewei / AP
Por: Roberto Morejón
La propuesta de seguridad global lanzada por el presidente chino, Xi Jinping, en abril último genera interés en varias latitudes y confirma los afanes de paz del gigante asiático.
El Jefe de Estado presentó en el Foro de Boao en la sureña isla tropical de Hainan una Iniciativa de seguridad Global.
El pronunciamiento se encaminó a calzar la necesidad de una visión de amparo para todos los países, basada en la cooperación y de alcance sostenible, según las apreciaciones del dignatario.
En esa oportunidad, el presidente Xi Jinping reiteró el respeto de China a la soberanía e integridad territorial de todas las naciones y su decisión de NO interferir en los asuntos internos de otros Estados.
Además de reafirmar su respeto a la vía de desarrollo elegida por cada país, el primer mandatario chino fue en esa ocasión enérgico al instar a la comunidad internacional al logro de la estabilidad económica y política.
Con sus llamados al abandono por algunos de lo que Xi Jinping llamó mentalidades propias de la guerra fría, el unilateralismo y la confrontación, el alto dirigente puso de relieve la lógica inquietud del enorme país por el actual curso de los acontecimientos a nivel mundial.
Cuando la comunidad internacional lamenta la agudización de las tensiones en Europa del este y una guerra en Ucrania que pudo evitarse si Occidente atendía las justas demandas de Rusia de preservar su protección, es oportuno que naciones con un indudable peso geoestratégico aboguen por la seguridad global.
Los países pequeños tienen hondas preocupaciones ante el lenguaje de fuerza de ciertos actores internacionales.
Ellos, en lugar de cooperar para acortar las diferencias entre los participantes en el conflicto en Ucrania, aportan a Kiev pertrechos bélicos y asistencia militar.
Mientras algunos parecen No escuchar las exhortaciones al diálogo y crece la rusofobia, resultan alentadoras las exposiciones de China en el sentido de tomar muy en serio las legítimas preocupaciones de todos los países.
Mucho más cuando, como alertó el estadista chino, se desatan múltiples crisis en materia alimentaria, energética, financiera y de las cadenas de suministro, entre otras, con consecuencias muy negativas.
Es imprescindible una arquitectura de seguridad equilibrada, efectiva y sostenible, preconizó Xi Jinping en Hainan, y el planeta debería corresponder con ese afán.