Lasso ha sido blanco de críticas por permitir la permanencia de medidas económicas antipopulares, adoptadas por su antecesor Lenín Moreno.

Por: María Josefina Arce

Un año se cumplirá en las próximas horas de que Guillermo Lasso llegara a la presidencia de Ecuador y poco favorable es la opinión sobre su gestión de gran parte de la ciudadanía.

Sondeos de opinión revelan que más de 70% de los ecuatorianos rechazan el accionar de Lasso en estos doce meses, durante los cuales, entienden,  aparte de impulsar el proceso de vacunación, no ha hecho mucho, ni cumplido con su plan de gobierno.

Son bastantes los problemas pendientes que afectan la vida cotidiana de la población, como una economía que no logra despegar, tras los estragos causados por poco más de dos años de pandemia, pero que en realidad ya venía en total retroceso desde el gobierno de su antecesor, el hoy ex presidente Lenín Moreno.

La política neoliberal puesta en marcha y el préstamo del Fondo Monetario Internacional, con sus programas de ajuste, llevaron a multitudinarias protestas y a una mayor precariedad de las condiciones de vida de los ecuatorianos.

Sumamente duras son las condiciones que impone el organismo  Internacional, cuya presencia en el país se interrumpió  durante la Revolución Ciudadana, liderada por el entonces presidente Rafael Correa de 2007 a 2017, que alentó su independencia financiera y el mejoramiento del nivel de vida de los ecuatorianos.

De acuerdo con cifras oficiales, las más recientes de diciembre pasado, la pobreza afecta en la actualidad a casi 28% de la población y la miseria a 10,5%.

Ahora Lasso, un banquero que por supuesto, también apuesta por el neoliberalismo, pactó con el Banco Mundial un préstamo de 700 millones de dólares, lo que llevará a un mayor endeudamiento del país.

El desempleo es otra de las grandes preocupaciones de la sociedad. Y aunque, de acuerdo con cifras oficiales, ha registrado una disminución y en febrero pasado afectaba a 5% de los pobladores, no ha mejorado la calidad del trabajo. Apenas un tercio del total de trabajadores cuenta con empleo estable y con todas las garantías.

La violencia e inseguridad han rebasado al mandatario. Entre enero y abril se reportaron más de MIL muertos. El gobierno declaró el estado de excepción y sacó a los militares a las calles, una medida que defensores de los derechos humanos señalaron trae aparejada la violación de las prerrogativas ciudadanas.

El narcotráfico ha ido ganando terreno en la sociedad, pero como bien subrayan los expertos la base de la violencia hay que buscarla en la pobreza y la desigualdad social. De hecho cerca de 88% de la ciudadanía rechaza la política de seguridad que ha implementado Lasso.

En los centros carcelarios también se registró un estallido de la violencia, con varias masacres consideradas entre las peores de América Latina.

Durante su primer año en el Palacio de Carondelet no es mucho lo que tiene que mostrar Lasso. Todavía son varias las problemáticas a resolver y la mayoría de los ecuatorianos califican de ineficientes las políticas del ejecutivo en varios ámbitos.