Por María Josefina Arce
La UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ha señalado que "la educación salva vidas" y Cuba con su desinteresada colaboración ha hecho posible que eso sea una realidad en muchas regiones del mundo.
La amplia cooperación desplegada por la nación caribeña en materia educativa ha posibilitado que numerosas personas, de procedencia humilde, aprendieran a leer y escribir.
La implementación del método "Yo sí puedo", ideado por destacados pedagogos cubanos, abrió nuevos horizontes y dignificó a personas que llegadas a la adultez no podían ni escribir su nombre y eran totalmente marginadas.
Más de 10 millones de ciudadanos, fundamentalmente de América Latina y el Caribe, dejaron de ser iletrados y tuvieron una posibilidad de cambiar su vida, de reinsertarse en la sociedad.
Ecuador fue una de las naciones de la región beneficiada por ese programa cubano, reconocido por su eficacia y economía por organismos internacionales como la UNESCO, que le concedió el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong.
"Yo sí puedo" llegó al país suramericano bajo el mandato del hoy ex presidente Rafael Correa, gracias a su voluntad política de elevar el bienestar de sus compatriotas. El trabajo conjunto de especialistas cubanos y ecuatorianos hizo posible que decenas de miles de personas fueran alfabetizadas.
La cooperación en esa rama entre ambos estados se ha extendido positivamente a la educación superior. La Red ecuatoriana de Pedagogía entregó en La Habana un reconocimiento al archipiélago por los resultados satisfactorios de la colaboración, que permitió la realización de dos programas de maestría en línea.
El lauro fue entregado en el Segundo Congreso Internacional Ciencia y Educación, que por estos días sesiona en la capital cubana de manera presencial y virtual, con la participación de más de MIL 400 delegados de 13 países.
De acuerdo con la organización que promueve la investigación y capacitación en red en Ecuador, unos 95 estudiantes participaron en la primera edición de la maestría, de una matrícula prevista inicialmente de 30.
El segundo programa también rebasó las expectativas. Contó igualmente con un número significativo de asistentes, lo que motivó diversificar la oferta académica, ahora agregando la rama de educación especial.
Ambos países están comprometidos en estos momentos con la realización de programas doctorales, lo que en opinión de la organización ecuatoriana sin fines de lucro abre una enorme posibilidad de cooperación bilateral.
Cuba con su compromiso de una educación accesible y de calidad para todos ha posibilitado también para otros pueblos, como expresara la Red Ecuatoriana de Pedagogía, hacer realidad los sueños.