Imagen / Trabajadores
Por María Josefina Arce.
En La Habana se levanta un complejo científico productivo de primer nivel, que llega hoy a treinta y seis años de una valiosa labor a favor de la salud de los cubanos y de ciudadanos de otras regiones del mundo, que se han beneficiado de sus eficaces medicamentos, desarrollados con tecnología de punta.
La génesis del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología está en el pensamiento innovador y futurista del líder de la revolución cubana, Fidel Castro, quien supo ver el importante papel que estaba llamada a desempeñar la biotecnología en el bienestar de los cubanos.
"El centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que se obtengan", expresaría Fidel y no estaba equivocado. Grande ha sido su aporte al fomento de planes agropecuarios, de la veterinaria y del medio ambiente.
Pero también a la dedicación y la alta profesionalidad de sus trabajadores se deben muchos fármacos que han mejorado la calidad de vida de numerosas personas.
Ante la presencia de la COVID 19, los investigadores de la reconocida institución dieron vida a la vacuna Abdala, marcando un hito en América Latina y el Caribe. El inmunógeno, de alta seguridad y eficacia, ha sido empleado, junto a otros que son igualmente resultado de los esfuerzos de la comunidad científica, en la campaña de vacunación de la población cubana.
En la actualidad la nación caribeña presenta un control de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, gracias a Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, que junto a los protocolos establecidos hicieron posible el actual escenario.
Abdala también se emplea en otras naciones como México, Vietnam, Irán, Venezuela, Siria y Nicaragua, dada su alta eficacia en la prevención de un estado grave de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus y de la muerte.
Sin dudas uno de sus productos más conocido y que ha marcado la diferencia para incontables personas, es el HEBERPROT-P para la úlcera de pie diabético, que reduce la amputación de las extremidades inferiores.
Son muchos, sin embargo, sus logros. El Factor de Crecimiento Epidérmico, la vacuna tetravalente contra la difteria, tosferina, tétanos y Hepatitis B y los Interferones recombinantes Alpha y Gamma.
Han sido más de tres décadas de intenso trabajo, de robarle tiempo al descanso, pero para estos hombres y mujeres, formados por la revolución, ha valido la pena, pues se han salvado vidas y han contribuido al avance del país en otras ramas.
Han sido igualmente años de tener que sortear los múltiples escollos que impone el criminal bloqueo norteamericano, recrudecido por demás, en medio de la emergencia sanitaria mundial por la COVID 19. Pero los científicos cubanos han demostrado su valía y consagración a lo largo de todo este tiempo y siempre han respondido con presteza ante cualquier tarea. Y en esa vanguardia sin dudas, está el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.