Elecciones en Brasil. Foto: Tomada de la CELAC
Por: Guillermo Alvarado
El calendario electoral latinoamericano cierra este año en Brasil, donde en octubre tendrán lugar las votaciones para designar al nuevo presidente del país, carrera que de momento favorece al ex mandatario Luis Inacio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores, PT.
El antiguo obrero metalúrgico ya gobernó la nación del 1 de enero de 2003 al 31 de diciembre de 2010 y durante su administración se alcanzaron importantes conquistas económicas, sociales y de política exterior que convirtieron al Gigante Sudamericano en una potencia.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en ese período el Producto Interno Bruto se triplicó gracias a un trabajo honesto y esforzado, alrededor de 30 millones de personas salieron de la pobreza y Brasil se convirtió en un referente a nivel regional y mundial.
Muchos de esos avances se perdieron durante los dos últimos gobiernos, el del golpista Michel Temer, y el antiguo capitán del ejército, Jair Bolsonaro, quien se presenta como candidato a la reelección por el Partido Liberal.
De acuerdo con los más recientes sondeos de intención de voto, Lula da Silva aventaja a su rival e incluso podría alcanzar la victoria en la primera vuelta, programada para el domingo 2 de octubre.
En caso de necesitarse el repechaje, este se realizaría el 30 de octubre y de nuevo las encuestas favorecen por amplia mayoría al abanderado por el PT.
Debe recordarse, no obstante, que los sondeos sólo dan una imagen del estado de opinión de un segmento de la sociedad en un momento determinado y pueden variar según una gran cantidad de factores, por lo que el punto decisivo siempre está en las urnas.
En este caso están en disputa dos sectores contrapuestos de la población, pues Bolsonaro tiene su clientela política entre los empresarios, altos mandos del ejército, creyentes de iglesias de corte fundamentalista y funcionarios que ganan cinco, o más salarios mínimos.
En el otro lado están las comunidades indígenas, los campesinos, obreros, los jóvenes, las mujeres y personas de bajos ingresos, que ven un nuevo gobierno del PT con esperanzas e ilusión.
Los otros diez candidatos que aspiran a dirigir el Palacio de Planalto están demasiado lejos en los sondeos y no tienen prácticamente ninguna opción.
En estos comicios además de la presidencia se disputan 27 de los 81 escaños del Senado, 513 diputados federales, 27 gobernadores y mil 57 diputados estatales, que determinarán el mapa político de Brasil para los próximos años.