Por María Josefina Arce.
En noviembre próximo llegará nuevamente ante la Asamblea General de la ONU la denuncia de Cuba sobre los daños económicos, pero también el sufrimiento que provoca a las familias cubanas el bloqueo impuesto por Estados Unidos desde hace sesenta años.
A más de 154 MIL millones de dólares ascienden las afectaciones causadas por esa obsoleta política estadounidense en sesenta años de aplicación, precisa el informe actualizado sobre las pérdidas provocadas a la Mayor de las Antillas, presentado por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, a la prensa nacional y extranjera, acreditada en nuestro país.
Cuba ha tenido que enfrentar por demás, un recrudecimiento de esa unilateral medida en medio de la pandemia de la COVID 19 y la crisis sanitaria, energética y alimentaria ocasionada a nivel mundial por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
La actual administración estadounidense, presidida por Joe Biden, ha mantenido las medidas más agresivas impuestas contra el pueblo cubano por su antecesor en la Casa Blanca, Donald Trump.
Es así que, precisó el canciller, en solo siete meses, de agosto de 2021 a febrero de 2022, el cerco causó pérdidas de casi cuatro MIL millones de dólares, una cifra récord para ese periodo de tiempo.
Se mantiene asimismo, la arbitraria inclusión de nuestro país en la unilateral lista del Departamento norteamericano de Estado de naciones supuestamente patrocinadoras del terrorismo, que en declaraciones a la cadena de noticias NBC News ex funcionarios estadounidenses de Inteligencia calificaron de falsedad y un pretexto para reforzar la lógica del bloqueo.
De hecho, como señalara Bruno Rodríguez, la inclusión en esa relación eleva el riesgo país e implica pagar entre un tercio más o el doble para adquirir cualquier mercancía.
Cuba libra una intensa batalla por el levantamiento del bloqueo, una batalla en la que no está sola. Veintinueve resoluciones de condena por amplia mayoria ha aprobado la Asamblea General de la ONU.
Por demás, en cada periodo de sesiones al más alto nivel, jefes de estado y de gobierno de diversas naciones expresan su rechazo a una política que impide el avance de la nación caribeña y viola los más elementales derechos humanos de todo un pueblo.
El bloqueo norteamericano es una guerra económica de carácter extraterritorial en tiempos de paz y desde el punto de vista jurídico, político y moral es éticamente injustificable e inaceptable.