Por: Roberto Morejón
Israel intensificó la represión en Cisjordania este año, ante lo que interpreta como un aumento de las protestas de los palestinos contra los ocupantes y de acciones de la resistencia.
El ejército del régimen sionista mató a seis palestinos en una de sus más recientes incursiones en la norteña ciudad de Nablus, en Cisjordania, como parte de un operativo que cobró numerosos heridos.
Para tener una idea de la virulencia evidenciada, debe señalarse que el operativo se considera el más letal del año en Cisjordania, donde los usurpadores alardeaban de una cierta calma, al menos hasta el año pasado.
El sosiego para Tel Aviv cambió pues aumentaron las protestas de los palestinos, tanto contra la tradicional ocupación de Israel como por las redadas preferiblemente nocturnas, para detener a jóvenes, sean de la resistencia o simples transeúntes.
Tras mortíferos atentados en marzo último, los conquistadores se ven nerviosos y activos, por lo que aumentaron detenciones, interrogatorios y allanamientos.
El número de víctimas mortales palestinas en Cisjordania en 2022 sobrepasa las 120, sin precedentes desde 2017, y ya se juzga como la estadística más significativa desde la segunda Intifada, entre 2000 y 2005.
Curiosamente, el régimen israelí incrementa su propaganda para describir todas las acciones de la resistencia como terroristas.
En ese contexto se inscriben los planes para presentar como tales a un nuevo grupo armado local, identificado por fuentes de prensa como La Guarida de los leones.
Precisamente, los israelíes afirmaron que su última y letal incursión en Nablus estaba dirigida contra lo que llamaron un escondite del referido grupo, donde almacenaban artefactos explosivos.
En un alarde de fuerza, el primer ministro israelí, Yair Lapid, amenazó: “Tienen que saber que llegaremos a ellos allí donde estén”.
El premier calla sobre los desmanes de sus compatriotas colonos en Cisjordania, donde atacan poblados colindantes con los asentamientos, totalmente ilegales, de acuerdo con la ONU.
Expertos señalaron que los excesos de los efectivos de Tel Aviv en Cisjordania aumentarán la ira de los jóvenes palestinos, cuyas demostraciones cobran nueva relevancia.
Para algunos analistas, la atmósfera angustiosa creada por los usurpadores en Cisjordania podría comportarse como el aliento para el despertar de una nueva Intifada.