Violencia contra esposo de Nancy Pelosi
por Roberto Morejón
La brutal agresión a Paul Pelosi, esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, emite una señal de sobresalto de hasta dónde alcanza la violencia en ese país, ejercida también contra los políticos.
El reconocido y acaudalado operador bursátil Paul Pelosi no fue objeto del ataque de un vulgar ladrón, sino de un ciudadano en busca desesperada de Nancy Pelosi, quien no estaba en la vivienda en la ciudad de San Francisco.
Nancy Pelosi es una de las políticas más poderosas del país norteño y fue reelegida para un cuarto mandato como titular de la Cámara Baja, razón por la que se ubica segunda en línea de sucesión luego de la vicepresidenta de la nación, Kamala Harris.
El asaltante, identificado como David Depage, fue apresado y de acuerdo con las pesquisas iniciales habría tenido motivaciones políticas, pues difundía en las redes sociales hipótesis conspirativas acerca de las vacunas y del revés del expresidente Donald Trump en los comicios de 2020 a causa de supuestas maniobras fraudulentas.
Fue la treta del magnate inmobiliario utilizada para voltear a su favor la votación y protagonizar una aventura golpista, impropia de una democracia descrita como modelo por el poder en Estados Unidos.
La insubordinación de Trump tuvo su cúspide cuando sus seguidores, nunca frenados por él, ingresaron como hordas enfurecidas en el Capitolio, sede del Congreso, al precio de cinco muertos, en el momento en que en el hemiciclo debían ratificar la victoria del demócrata Joseph Biden.
Aunque más de 400 personas enfrentan cargos criminales por la intrusión violenta, muchos simpatizantes de Trump repiten frenéticamente que fue objeto de un robo.
No por casualidad la policía del Capitolio dio cuenta del aumento de amenazas a congresistas desde el revés de Trump, al pasar de más de 3 mil 900 en 2017 a un número superior a 9 mil 600 en 2021.
Fuentes aducen que ese cuerpo considera protección adicional para familias de los legisladores, mucho más cuando el líder del Senado, Mitch McConnell también ha sido blanco de vandalismo.
Aunque él no es el único. Ilhan Omar, primera mujer nacida en África en ganar un puesto en la Cámara de Representantes y de fe musulmana, alega haber recibido amenazas de muerte.
De manera que en una sociedad sumamente polarizada y con altos grados de violencia, sobre todo contras las minorías, comienza a generar alarma las amenazas a congresistas, en momento crucial, por la proximidad de una contienda electoral.
