PL
Por María Josefina Arce.
No es posible hablar de la historia de la humanidad, sin detenernos en un tracescedental hecho que en el siglo XX cambió el mundo. Hace 105 años la gran Revolución Socialista de Octubre, en Rusia, puso el poder en manos de los obreros y campesinos, y creó las condiciones imprescindibles para la victoria de un nuevo sistema: el socialista.
Este proceso constituyó la radicalización de la Revolución rusa de 1917, tras el movimiento revolucionario de febrero y la abdicación del Zar Nicolás II.
En el plano Interno, la revolución conducida por el Partido Bolchevique, bajo la dirección de Vladimir Ilich Lenin, dio vida a un nuevo estado, en el que el pueblo pasó a ser dueño de las riquezas del país. Se sentaron las bases para la transformación de una Rusia esclavizada, atrasada y de grandes desigualdades sociales en un país avanzado.
Cinco años después del relevante acontecimiento se constituyó oficialmente la URSS, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que alcanzó un gran desarrollo tecnológico e industrial, erradicó el analfabetismo, generalizó la escolarización y logró un alto nivel científico, entre otros muchos avances tanto económicos, como sociales.
Pero la Revolución de Octubre rebasó las fronteras rusas. Su triunfo demostró, en los hechos, que el capitalismo podía ser derrocado y dio lugar a un movimiento a nivel mundial de gran magnitud, que repercutió en Europa, Asia, América Latina y otras partes del planeta.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, resumió su innegable influjo, cuando afirmó que: "Ningún acontecimiento influyó jamás tanto en la mente de los hombres, el destino de los pueblos y el progreso del mundo."
Y es que la Revolución de Octubre minó el dominio del imperialismo, provocando el auge del movimiento nacional liberador entre los pueblos oprimidos. Hizo posible el proceso de descolonización y que en otras naciones se hiciera realidad el derecho de los pueblos a su autodeterminación e independencia.
Cuba no quedó ajena a tan grande acontecimiento. Sus ideales fructificaron en nuestro suelo, hasta convertirnos en el primer estado socialista del hemisferio occidental y en un ejemplo y guía de los pueblos del llamado Tercer mundo.
A partir de la desaparición del sistema socialista en Europa, a finales del siglo pasado, se ha intentado hacer creer que sus ideas fracasaron. Sin embargo, como señalara el general de Ejército, Raúl Castro, "Los ideales que motivaron a obreros, campesinos y soldados en la construcción del primer estado socialista, bajo la certera conducción de Lenin y del Partido Bolchevique, mantienen plena vigencia."
Las causas que originaron el proceso revolucionario ruso vinculadas a la concentración de la riqueza, la explotación, la discriminación y desigualdad están presentes y con mayor fuerza en el mundo de hoy, 105 años después, por eso sigue vigente el socialismo, como un sistema más justo e inclusivo.
Sin ninguna duda, la Revolución Socialista de Octubre fue una esperanza y una guía para millones de personas en el mundo, al proclamar la eliminación de la explotación del hombre por el hombre, y la construcción de una sociedad de plenitud para la humanidad.