Por: Roberto Morejón
Vinculación estratégica, socio importante y potencial de desarrollo extraordinario. Se trata de algunas de las frases utilizadas por dirigentes y voceros de Rusia y Cuba al referirse a los estrechos nexos, con 120 años de trayectoria.
Esos puntos de vista ilustran la profundidad de los intercambios, frecuentes en los planos político, en muchos puntos coincidentes, y en el económico.
Para los cubanos, Rusia y la extinta Unión Soviética siempre han estado a la escucha cuando el archipiélago caribeño atravesó por etapas cruciales.
Proyectos de relieve en sectores estratégicos como energía, transporte, turismo, biotecnología y comercio marcan la impronta cubano-rusa.
El país eslavo se consolidó en 2021 como uno de los socios comerciales trascendentes de
En un país con una difícil situación en la rama energética por déficit en la generación eléctrica y dependencia de importaciones de petróleo, Cuba mira con esperanza un proyecto bilateral en la occidental provincia de Mayabeque.
Se trata de impulsar el campo petrolero en la localidad de Boca de Jaruco, en el empeño desde 2020 de aumentar la producción de crudo pesado.
Los trabajos están a cargo de experimentados técnicos antillanos y de la compañía rusa Zarubeshneft, con tecnología apropiada para el primer pozo horizontal en modo de flujo.
También son vastas las perspectivas en otros rubros como la agricultura, ciencia, tecnología, medio ambiente, salud, educación y turismo, este último a la espera de recobrarse los importantes flujos de visitantes rusos a la nación caribeña.
Por supuesto, los estrategas estudian cómo enfrentar obstáculos en la ejecución de los procedimientos de colaboración.
Mientras Cuba sufre un bloqueo desde hace más de seis décadas e incluso ha sido colocada arbitrariamente por Estados Unidos en una alegada lista de patrocinadores del terrorismo, Rusia es blanco de crecientes restricciones, tanto de Washington como de aliados europeos.
No por casualidad el viceprimer ministro cubano Ricardo Cabrisas enfatizó en Moscú en coordinar los pasos para neutralizar los efectos de las políticas selectivas y medidas unilaterales contra ambos países.
A cumplir con lo acordado y llegar a nuevas pautas contribuye la importante visita a Rusia del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, la tercera en su condición de Jefe de Estado.
