Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro cubano visita zonas afectadas. ACN

Por: Roberto Morejón

 En 2023, los residentes en la provincia de Pinar del Río con el apoyo de fuerzas de toda Cuba, retomaron las arduas tareas de recuperación luego del paso del devastador huracán Ian el 27 de septiembre.

 Con huellas aun dolorosas en las viviendas y problemas con el abasto de agua, la más occidental de las provincias cubanas ya presenta una modesta reanimación en sembrados y la avicultura.

 Téngase en cuenta que el territorio aún sufría el lastre de perjuicios causados por el cruce de otros ciclones antes de la llegada de Ian.

 Pinar del Río ocupa una posición geográfica que la muestra vulnerable a tormentas tropicales y huracanes, al punto de que en los últimos 10 años ha sido azotado por 13 de esos fenómenos.

 En ese contexto se inscribe el avance del huracán Ian, de fuerza tres en la escala Saffir-Simpson de cinco.

 Campesinos y trabajadores agrícolas alistan tierras, siembran y recuperan instalaciones de los campos, en un bregar contra el tiempo.

 Una evolución singular acometen en la avicultura al transformar antiguas escuelas en desuso en granjas para proteger las aves de los vientos.

 Más de 90 de esos aposentos de los 133 perjudicados por el huracán Ian recobraron su funcionamiento como parte de un ritmo constructivo apreciado, asimismo, en el levantamiento de viviendas, aunque desafortunadamente la velocidad está por debajo de las apremiantes necesidades.

 Así es por la magnitud de los daños pues en Pinar del Río quedaban seis mil casas averiadas por huracanes antes del catastrófico Ian, por cuyo efecto se sumaron otras cien mil.

 Sin embargo, obreros de la construcción y colectivos de otras provincias se afanan por entregarle a los pinareños que perdieron sus viviendas un lugar para resguardarse definitivamente, pues permanecen en casas de familiares e inmuebles estatales.  

 En el más occidental punto geográfico del archipiélago han logrado recobrar poco menos de 19 mil moradas, buena parte de ellas con tipologías modestas, en medio de limitaciones de recursos, sobre todo con la madera.

 Las circunstancias materiales del país, expuesto al bloqueo recrudecido de Estados Unidos, carente de créditos internacionales y golpeado por los gastos durante la pandemia, impiden levantar viviendas óptimas en Pinar del Río.

 Pero junto a las mejoras en el abasto de agua para responder a un añejo problema, en Pinar del Río NO se descansa para que los damnificados regresen gradualmente a hogares definitivos.

 A ser más ágiles, creativos, organizados y sensibles exhortaron las autoridades de la provincia a fin de devolverle a Pinar del Río la fisonomía anterior al paso del demoledor huracán Ian.