Por: Roberto Morejón
En momentos en que el mundo atraviesa por una crisis a causa de la inflación, los grandes fabricantes de armas siguen de espaldas a la cruda realidad económica y social.
La industria de armamentos continuó viento en popa con sus negocios en
La rama de los aportes de los artilugios de muerte evidenció rentabilidad el año recién trascurrido al contabilizarse sus inversiones en las bolsas de valores.
El valor promedio de mercado de las 10 empresas armamentistas con mayores ventas del mundo que cotizan en las bolsas aumentó 18.1 por ciento en 2022 respecto a 2021.
Así lo reveló el diario mexicano
Tanto ellas como las otras más pujantes a nivel global crecieron sus ventas de equipos por séptimo año consecutivo.
En ese contexto, Estados Unidos aprobó con mínimo debate legislativo el mayor presupuesto militar de su historia, sin que los medios de comunicación expresaran alarma.
Todos los años se esgrimen pretextos diversos y hoy el más socorrido es la alegada urgencia de enfrentar a China y Rusia.
A propósito del conflicto en Ucrania, ese país ha recibido más de 100 mil millones de dólares en ayuda humanitaria y apoyo militar de más de 40 países, pero de esa cantidad de dinero Estados Unidos otorgó más de la mitad.
En el Viejo Continente los ministros de Relaciones Exteriores de
Llama la atención el flujo constante hacia la fabricación y exportación de armamentos mientras según datos de
En el año mencionado cerca de 828 millones de personas padecían hambre, 46 millones más que el año anterior, una tendencia que según cálculos preliminares se mantuvo en 2022.
Tiene razón el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien al referirse a la pujanza de los fabricantes de armas escribió en su cuenta en Twitter: “por la prioridad que recibe ese lucrativo negocio sufren los pueblos y la paz mundial”.