Muertes en Brasil por Covid-19
por María Josefina Arce
Brasil vivió días complejos y tristes por la incidencia de la Covid-19. La nación suramericana fue una de las más golpeada por el virus en las Américas. Y mientras reportaba 700 mil muertes y millones de contagiados se perdían unos dos millones de dosis de vacunas.
En los últimos días el Tribunal de Cuentas de la Unión informó que procederá a investigar las irregularidades registradas en el almacenamiento de los inmunógenos que habían sido donados y tenían un plazo determinado de vencimiento.
También se registró el desperdicio de cerca de dos millones de pruebas de diagnóstico de la Covid-19, remedios e insumos, cuando en muchos centros asistenciales se denunciaba la falta de medicamentos para atender a los contagiados.
La información ha conmocionado a la sociedad brasileña y vuelve a dejar al descubierto la pésima gestión del gobierno del hoy expresidente Jair Bolsonaro, quien siempre restó importancia a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El capitán retirado no solo criticó el uso de la mascarilla, las medidas de aislamiento para evitar la propagación del virus, sino que arremetió contra las vacunas, sobre las cuales difundió informacion falsa.
El ultraderechista mandatario llegó incluso, a asociar las vacunas con la posibilidad de contraer el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. En una transmisión en vivo por las redes sociales aseguró, sin ninguna base científica, que las personas inmunizadas tenían un mayor riesgo de contraer el SIDA.
Bolsonaro desalentó en todo momento la vacunación en el territorio brasileño, a pesar de la crítica situación que se vivía, y que las investigaciones, pruebas y aplicación revelaron que era seguro y producía la respuesta inmunológica necesaria.
Criticó además, a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria por autorizar la inoculación en niños de entre 5 y 11 años de edad. Amenazó con divulgar los nombres de los funcionarios del ente regulador involucrados en la decisión.
En declaraciones el presidente restó importancia a la muerte de unos 300 menores en Brasil a causa de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, al decir que los decesos en ese segmento poblacional eran casi cero.
De hecho la aprobación del proceso de inmunización infantil a nivel nacional fue obstaculizada en más de una ocasión por el gobierno de Bolsonaro, aún cuando una encuesta del Instituto Datafolha reveló que 79% de los participantes apoyaba la vacunación en los niños.
La Covid-19 puso sin dudas, en jaque al mundo, pero la demorada e ineficiente gestión del gobierno que presidía Bolsonaro hizo que la incidencia del virus en la nación fuera aún más grave y que más de 37 millones de brasileños se contagiaran y vieran en riesgo sus vidas.