Por: Roberto morejón
Los saludaban con la mano en el pecho en señal de agradecimiento. A pesar de las barreras del idioma la población de Turkiye logró transmitirle a una brigada de médicos cubanos su gratitud, al acudir a asistirlos ante el embate de un terremoto que ocasionó la dolorosa pérdida de más de 45 mil vidas.
La sacudida telúrica de febrero último, con la ulterior serie de réplicas, movilizó la solidaridad internacional hacia Turkiye, más conocida por todos como Turquía, y entre los que llegaron a Ankara estaban los médicos cubanos.
Ya de regreso después de cumplida su misión, los profesionales se adaptan nuevamente al tradicional calor del trópico, luego de resistir en el país euroasiático temperaturas hasta por debajo de cero grados.
Esa adversidad, que los obligó a cubrirse con más atuendos de los previstos gracias a donativos de
Su aporte era determinante en un escenario agobiado por la destrucción total o parcial de más de 230 mil edificios y la evacuación de más de tres millones de personas.
Los pobladores de Turkiye los acogieron en la sureña provincia de Karamán Barach, epicentro de los sismos, donde fue necesario la labor mancomunada con los colegas locales, de alto nivel técnico, como constataron los antillanos.
Estos últimos atendieron sobre todo a politraumatizados y también a personas con otros padecimientos inherentes a la fuerte conmoción recibida.
Para Cuba constituye un motivo de orgullo saber de la ejemplar faena desplegada por sus médicos en Turkiye, como es habitual en ese tipo de misiones, cumplidas de forma transitoria o por períodos prolongados desde 1963.
Los profesionales de bata blanca de la tierra de José Martí han prestado servicio desde aquel año en 165 países con más de 600 mil colaboradores, y hoy están presentes en 56 naciones.
La prensa hegemónica suele hablar muy poco de tan abnegada labor de los médicos cubanos y cuando hacen una excepción, con frecuencia se hacen eco de campañas negativas echadas a rodar por las administraciones estadounidenses.
Todo en vano porque en muchas latitudes reclaman y acogen con reconocimiento el altruismo de los cubanos.