Una Asamblea portadora de criterios de la población

Editado por Maite González
2023-04-19 07:09:41

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Por Roberto Morejón

En un mes de abril, de gran connotación para los cubanos, y al amparo de la Carta Magna se constituye la nueva legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, máxima instancia del Estado, y hacia donde todos miran, porque allí se debaten los principales asuntos del país. 

Cuba cuenta con una Asamblea robustecida, con ciudadanos avalados por su instrucción y méritos relacionados con sus aportes a la colectividad, como se requiere ante los retos económicos y la compleja situación internacional.

El parlamento con mandato por 5 años exhibe una renovación importante con respecto a la membresía saliente.

Los 470 diputados elegidos en recientes comicios y reflejo de todos los sectores de la sociedad, fueron seleccionados sin campañas, mediación de intereses monetarios, estrategias que permearon la decisión popular y promesas trocadas por votos.

Ellos asumen en pleno conocimiento de sus altos deberes, porque su razón de ser se vincula con las responsabilidades del Estado, el gobierno y el parlamento.

Con ese aval otorgado a través de un ejercicio democrático, los diputados a la Asamblea Nacional son los encargados de nominar y seleccionar al presidente de Cuba.

En 2023 se trata de la segunda elección de un presidente y un vicepresidente de la República.

Los parlamentarios tienen en su agenda el análisis de la candidatura para esos cargos y confían en el trabajo realizado por la comisión nacional correspondiente, a cuya gestión contribuyeron con propuestas y criterios.

De la nueva legislatura emerge el Jefe de Estado de Cuba, cuya función principal es dirigir la política general del país, sus vínculos con el exterior así como los asuntos de defensa y seguridad nacional.

El dignatario de la mayor de las Antillas que surge de la legislatura atenderá y brindará respuestas a la población, se someterá a su control, fomentará la participación de los ciudadanos en la vida nacional y garantizará el ejercicio pleno de sus derechos.

Después de participar de forma disciplinada y responsable en las fases de las elecciones generales, ahora los cubanos observan con detenimiento los debates y decisiones de los nuevos diputados, quienes son sus representantes y NO les son ajenos.

Los ciudadanos esperan porque esos hombres y mujeres asuman resueltamente y con destreza los complejos desafíos de una Cuba llena de diversidades y contradicciones, carencias materiales y presiones externas, pero determinada a construir la prosperidad.



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