Por: Roberto Morejón
A pesar de que el informe de una firma privada de abogados concluyó que Luis Almagro violó las normas sobre lo que calificó de “sentido común” y el “buen juicio”, el cuestionado secretario general de
En una rápida decisión tras analizar el informe de los abogados varias veces cambiado, el Consejo Permanente de
Almagro, próximo a cumplir 60 años, fue acusado de proporcionar trato preferencial y conceder favores a la empleada, de ahí el escándalo y la exigencia de investigaciones.
Los abogados comisionados con la pesquisa dicen que el funcionario no violó las normativas al abstenerse de aumentarle salarios, dejar de supervisar o intimidar a su protegida.
No obstante se reconocieron sus faltas, aunque el Consejo Permanente decidió atender una propuesta, no sometida a votación, para autorizar la continuidad de Almagro en su puesto, el que ostenta desde 2015.
De acuerdo con la firma independiente de abogados, el ex canciller uruguayo sabía que era conocida en los pasillos de la sede central de
No por casualidad, la embajadora de México ante la organización hemisférica, Luz Elena Baños, expresó que “un secretario general con altos estándares éticos es lo mínimo que una OEA seria y sólida requiere”.
De ética careció la misión de
Por cierto, esa agrupación de deslucido apoyo a dictaduras y regímenes de extrema derecha, nunca inició una pesquisa sobre el papel jugado en la asonada contra el entonces presidente Evo Morales.
Además, secundó la acción cómplice de
Es cierto que ahora, a partir de lo analizado sobre la conducta de Almagro con su apadrinada,
Pero la medida es tibia ante la gravedad de las violaciones, algo que no sorprende, pues se trata de un jerarca sometido a múltiples críticas por su infausta ejecutoria, aunque en Washington lo consideran un peón útil.