Norma Goicochea, presidenta de la Asociación Cubana de Naciones Unidas. (Imagen de archivo/RHC)
Por Roberto Morejón
América Latina y el Caribe - y Cuba en esa región- se han preparado para hacer aportes sustanciales en la reunión cumbre Unión Europea-CELAC, prevista en Bélgica entre el 17 y 18 de julio.
Como parte de los trabajos de los cubanos, llamó la atención la alerta acerca de la posible exclusión de organizaciones de la sociedad civil local a uno de los foros contemplados en la cita en Bruselas.
La ACNU, Asociación Cubana de Naciones Unidas y en su condición de representante de las organizaciones de la sociedad civil de la mayor de las Antillas, rechazó lo que llamó exclusión de participantes.
Al panel nombrado “sociedad civil, juventud y autoridades locales”, convocado por la Unión Europea, Cuba le solicitó acreditaciones, pero las respuestas aún se esperan y aún se ignoran los ponentes principales y el programa.
Junto a lo que Norma Goicochea, presidenta de la ACNU, calificó de falta de transparencia de ese ámbito de intercambio, también resalta la entidad encargada de asumir la conceptualización de la cita.
Se trata de plataformas de organizaciones dedicadas a temas de Política para el Desarrollo, en lugar de estructuras de la UE.
De manera que a juzgar por la poca información disponible se vislumbra en el foro una participación inferior a la esperada por América Latina y el Caribe.
Desde la reunión de cancilleres en Buenos Aires en octubre de 2022, en la que se perfiló retomar las reuniones al más alto nivel entre la CELAC y la UE luego de quedar atrás la fase aguda de la pandemia por la Covid-19, se esperaba que casi todo estaba consensuado para la realización del encuentro titulado “sociedad civil, juventud y autoridades locales”.
No es así. Los cubanos esperan que los anfitriones se atengan a lo concertado en la capital argentina y no incluyan a entidades al margen de la ACNU.
La mayor de las Antillas también se alista para que los representantes de la sociedad civil acudan a la Cumbre de los Pueblos.
Fijada igualmente en Bruselas, paralela a la de los presidentes de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y la Unión Europea, esta convocatoria exhibe un matiz democrático participativo.
En expresión de pluralidad, se espera allí un acercamiento directo a las expectativas, requerimientos y opiniones de América Latina y el Caribe.
Los convocados desean hablar de serios problemas acaecidos tras la pandemia de la Covid-19, la crisis con las materias primas y la inflación global después del conflicto en Ucrania y la imposición de coerciones unilaterales de países del Norte.