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La más reciente alerta del presidente colombiano, Gustavo Petro, acerca de preparativos de empresarios para desestabilizar al gobierno, pone de relieve los amagos de la derecha interna y externa por frenar los cambios hacia la justicia social.
El primer mandatario alertó a su pueblo, como suele hacer, acerca de la recogida de dinero por empresarios que identificó como españoles para dar un golpe.
El Jefe de Estado advirtió que conspiraciones de ese tipo comenzarían una nueva era de violencia en Colombia, país caracterizado por conflictos armados y paramilitarismo.
Precisamente, Petro impulsó iniciativas de paz con el insurgente Ejército de Liberación Nacional y otros grupos, aunque oligarquías y centros de poder obstaculizan sus pasos.
Es la misma derecha rancia que acaba de ser puesta al desnudo una vez más por el contubernio con sectores de las fuerzas armadas participantes en la violación de los derechos humanos.
La Jurisdicción Especial para la Paz, con más de 4 mil testimonios recogidos desde su creación, imputó al exgeneral del ejército Mario Montoya por ejecuciones extrajudiciales.
El ente señaló a Montoya como creador de una política que llamó de “conteo de cuerpos”, para mentir sobre el número de bajas en combate en los enfrentamientos con grupos irregulares.
La Jurisdicción Especial para la Paz desenmascaró a quien fue jefe de una tristemente célebre brigada del ejército, en 2002 y 2003, en el departamento de Antioquia, donde se asesinaron personas, bajo la práctica de los “falsos positivos”.
No puede soslayarse que Montoya fue uno de los altos oficiales más allegados al entonces presidente Álvaro Uribe, artífice del ultraconservador Centro Democrático, hoy señalado entre los principales opositores al gobierno.
Mientras tanto, el primer mandatario no cesa en su empeño de atenuar la desigualdad en Colombia, entrega tierras a campesinos e impulsa la reforma agraria.
Debemos recordar que el gobierno de izquierda promueve proyectos para transformar los sistemas de salud y pensiones así como los códigos laborales.
Suficiente para que los políticos conservadores, empresarios poderosos y oligarcas aumenten la tensión y pongan en entredicho hasta la salud mental del Presidente, con el auxilio de la prensa corporativa.
Ante tales desafíos, el Jefe de Estado ha reiterado sus llamados a estar alertas a las bases populares, cuyo empuje resultó decisivo en la victoria electoral en junio de 2022.