Imagen ilustrativa
Por María Josefina Arce
Aún con las limitaciones que impone el criminal bloqueo norteamericano también a la ciencia, Cuba ha sido capaz de lograr novedosos medicamentos y ante el desafío de la COVID 19 sus científicos crearon tres vacunas, de probada eficacia y seguridad, contra la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
En este colosal esfuerzo por proteger la salud de la población se inserta el candidato vacunal antineumococo, cuyos ensayos clínicos fueron temporalmente detenidos ante la urgencia de obtener inmunógenos contra la COVID 19, que se propagó vertiginosamente por el mundo.
La buena noticia es que ya se han retomado los ensayos clínicos de este candidato, denominado Quimi-Vio, que protege contra siete de los serotipos más infecciosos y de alta prevalencia mundial de la bacteria neumococo, patógeno causante de la mayoría de las neumonías y meningitis bacterianas en los niños.
Detrás de Quimi-Vio está el Instituto Finlay de Vacunas, prestigioso centro al que se deben Soberana Plus y Soberana 02, aplicadas también exitosamente a la población pediátrica entre dos y 18 años de edad. De hecho Cuba se convirtió en el primer país en inmunizar a sus niños y jóvenes contra el virus.
Es en la provincia de Cienfuegos donde ha dado inicio este mes una nueva vacunación antineumocócica entre los infantes de uno a cinco años de edad, cuyos padres otorguen el debido consentimiento.
Ya en este territorio del centro del país se desarrolló entre 2017 y 2019 un ensayo de este inyectable, que demostró seguridad, al generar sólo los eventos adversos esperados de carácter leve.
En esa ocasión recibió el inmunógeno más de 91% de los infantes de uno a cinco años con posibilidad de ser vacunados, lo que habla de la confianza en nuestros científicos, en su alta capacitación y profesionalidad.
Para Cuba la obtención de esta vacuna es esencial para garantizar la protección de sus niños, pues el bloqueo nos impide adquirir las dos existentes en el mundo por contar con capital estadounidense en su fabricación, una muestra más del carácter criminal de esa unilateral medida, condenada por la comunidad internacional y que aún persiste con fuerza.
Además Quimi-Vio daría a la Mayor de las Antillas independencia tecnológica para combatir las enfermedades causadas por esa bacteria, como lo hicieron más recientemente las tres vacunas contra la COVID, que lograron que el país no dependiera de inmunógenos creados por las grandes farmacéuticas para inmunizar a sus ciudadanos.
No olvidemos que mientras las naciones ricas acaparaban más dosis de las necesarias, a los estados en vías de desarrollo, por no contar con los recursos necesarios, no llegaban.
Cuba ha apostado fuerte por la biotecnología, en cuyo desarrollo está sin dudas, la visión de futuro del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y su preocupación por resguardar la salud de la población.