Imagen ilustrativa
Por Roberto Morejón
Como parte de los planes de su gobierno para mejorar el servicio de salud, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, impulsa una nueva etapa de vacunación, con la utilización de antígenos de Cuba y Rusia.
El gobierno mexicano tiene la meta de aplicar en la etapa de frío más de 35 millones de vacunas contra la influenza y casi 19,4 millones contra la Covid-19.
El procedimiento gratuito ya iniciado está dirigido a grupos específicos, como la población mayor de 60 años, mujeres embarazadas y personas con dolencias a partir de los cinco años de edad.
Para desplegar tales campañas preventivas, el gobierno mexicano adquirió millones de dosis de la vacuna Abdala, una de las tres desarrolladas y aprobadas en Cuba.
Las autoridades mexicanas de salud dispusieron de información acerca de los ensayos y eficacia del biológico Abdala, administrado a millones de los nacidos en esta nación caribeña.
Se trata de una fórmula anticovid con efectividad superior a 90 por ciento, a lo que contribuye estar basada en un modelo utilizado en otras vacunas, ya que la mayor de las Antillas tiene una amplia capacidad en esta esfera.
Después de analizar la documentación, la COFEPRIS, Comisión Federal de Protección de Riesgos para la Salud, aprobó el antígeno, y expertos informaron públicamente de la efectividad poblacional y gran capacidad de estabilidad de Abdala.
A pesar de esas garantías, sectores conservadores y cierta prensa cuestionaron, sin pruebas, la eficiencia del inyectable cubano, en lo que el gobierno mexicano calificó de campaña de desinformación.
El presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió a su auditorio cuando en una de sus conferencias de prensa, se aplicó la cuarta dosis de Abdala y otra contra la influenza.
Fue enfático al instar a sus compatriotas a no dejarse confundir, pues destacó que todas las vacunas aplicadas en su país pasan por una prueba de calidad.
Es oportuno subrayar que a causa del bloqueo de Estados Unidos ha sido difícil para los científicos cubanos encontrar insumos en terceros países, obstáculo que impide que inmunizantes como Abdala tengan mayor comercialización.
Aun así, con las vacunas anti-Covid, el HeberFERON, para el tratamiento de cáncer de la piel, el antinflamatorio Jusvinza y el Heberprot-P, para el pie diabético, entre otros aciertos, Cuba mantiene en alto el nombre de sus científicos y técnicos.