En San Francisco el primer mandatario chino fue contundente: "No es realista que ninguno de nuestros países
trate de remodelar al otro". (Foto:PL)
Por Roberto Morejón
Después de enrarecer la relación en los últimos tiempos, el gobierno encabezado por el demócrata Joseph Biden intenta presentarse como el apaciguador de los vínculos entre Estados Unidos y China.
En esa cuerda trató de proyectarse el presidente de la nación norteña al recibir en un bucólico enclave en las afueras de la ciudad de San Francisco a su homólogo chino, Xi Jinping.
Es cierto que el hecho de reunirse implicó un titánico esfuerzo de ambas partes, dado el deterioro de los nexos, una cualidad que los interlocutores no ocultaron.
Antes de la importante entrevista en California entre Biden y Xi Jinping, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan se pronunció cortante: "Estados Unidos y China están compitiendo”.
Pocos se atreverían a desmentir a Sullivan. La lista de desavenencias aumenta, desde el tema de Taiwán hacia el de los derechos humanos, desde el comercio hasta las guerras en Ucrania y Gaza, desde el narcotráfico internacional hasta la inteligencia artificial.
China pareció ser una de las obsesiones de los actuales inquilinos de la Casa Blanca.
Así se evidenció, entre otras ocasiones, cuando respondieron estridentemente a lo que Estados Unidos calificó como la aparición de un globo espía chino.
A la par se repetían las provocaciones, iniciadas cuando una desafiante Nancy Pelosi visitaba Taiwán.
También la potencia del Norte ha desplegado una ofensiva feroz para impedir el acceso de China a tecnologías y frenar su expansión comercial en diversas latitudes, a pesar de ser un derecho, porque además se concreta sobre la base de acuerdos con terceros.
Beijing tomó nota de los desafueros del otro bando. Y en San Francisco el primer mandatario chino fue contundente: "No es realista que ninguno de nuestros países trate de remodelar al otro".
Si al menos, Biden y sus colaboradores tomaron nota de la categórica afirmación de su invitado, pues entonces la entrevista en el enclave campestre mostró su utilidad.
Mucho más si se tiene en cuenta que según versiones de prensa los dos estadistas arribaron a algunas coincidencias, Biden escribió en la red X que hubo “progreso real” y una declaración de la Casa Blanca dijo que los interlocutores mantuvieron una discusión sincera y constructiva.
Con anterioridad se había anunciado que China y Estados Unidos concertaron esforzarse con vistas a triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial para 2030.
Cuando las dos principales potencias se sientan a conversar, el mundo alberga expectativas.