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Por María Josefina Arce
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha insistido en que los fondos para la educación no deben considerarse un gasto, sino una inversión en el futuro del país. Y en ese camino su gobierno se ha dado a la tarea de destinar mayores recursos a esa vital esfera para el desarrollo del país y poner en marcha programas que eleven la calidad de la enseñanza y beneficien a los sectores más humildes.
Es una deuda con los más desprotegidos, que vieron reducidas aún más sus opciones bajo el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, pero también un propósito de elevar el nivel de los educandos, que registró una baja considerable.
En los primeros meses de su tercer mandato, Lula da Silva presentó la nueva Política de Alfabetización en el gigante suramericano, encaminada a que todos los niños en el segundo año de la enseñanza primaria aprendan a leer y escribir.
De acuerdo con la investigación Alfabetiza Brasil, en 2021 solo cuatro de 10 infantes de este nivel de la enseñanza estaban alfabetizados.
El actual gobierno lanzó igualmente el Programa Escuela a Tiempo Integral, que propone ampliar en un millón de matrículas la oferta de permanencia de tiempo completo en los centros de la educación básica.
Esta iniciativa, señalan los expertos, reduce el abandono escolar, aumenta el empleo y la conexión del alumno y maestro con la escuela. Hay estudios que revelan además, reducción de homicidios entre jóvenes.
Otra de las acciones ha sido el aumento en 54% de la oferta de becas para la formación de profesores, incluyendo a las del programa de iniciación a la docencia.
La llegada de Lula da Silva al Palacio del Planalto ha marcado la diferencia también en la educación, luego del abandono de su antecesor a esa esfera. Bolsonaro recortó el presupuesto educativo, lo que llevó a que jóvenes y profesores salieran a las calles en protesta.
En octubre de 2022 a sólo unos meses de concluir su gestión bloqueó aproximadamente 119 millones de dólares destinados a investigaciones en las universidades públicas.
Decenas de proyectos esenciales para el avance científico-tecnológico de Brasil fueron cancelados.
El gobierno que preside Lula da Silva trabaja por rescatar la educación, una esfera que, afirmó el mandatario, sufrió constantes ataques en los últimos años y que por el contrario debe ser una prioridad de las autoridades para lograr una sociedad más justa y avanzada.