Cuba tolerancia 0 ante tráfico de drogas. Imagen:MC
por María Josefina Arce
Tolerancia cero contra el tráfico de drogas es la política de Cuba, que mantiene una activa vigilancia en sus fronteras aéreas y marítimas para evitar la entrada, venta y consumo en el territorio nacional de estas dañinas sustancias, que a nivel mundial constituyen un problema para los servicios sanitarios.
Aunque el país no representa un mercado importante para los traficantes de estupefacientes, las autoridades han señalado que en los últimos tiempos se han incrementado los intentos de entrar a la nación caribeña estas ilícitas sustancias.
Juan Carlos Poey Guerra, jefe de la Dirección Antidrogas de la Dirección Técnica de Investigaciones del Ministerio del Interior, precisó que en este año se ocuparon cerca de 2 mil kilogramos de drogas.
En el programa televisivo Mesa Redonda, puntualizó Poey Guerra que continúa siendo el principal peligro de entrada al país de las drogas el recalo en nuestras costas.
Las autoridades cubanas mantienen también una estrecha vigilancia en los aeródromos y puertos, y ante los cada vez más sofisticados métodos de los traficantes, incentivan una mayor preparación de los aduaneros y de los miembros de los cuerpos de inteligencia dedicados al enfrentamiento del narcotráfico.
Por eso, el próximo año se iniciará en la Educación Superior la licenciatura en Derecho con perfil de Aduana, para fortalecer aún más la supervisión.
Pero las autoridades también brindan una especial atención a esta problemática desde el punto de vista de la salud. El país cuenta con un Programa Nacional de Prevención y Control para las Adicciones.
Además, existe un Servicio de Consejería Telefónico, confidencial, anónimo y gratuito que funciona las 24 horas del día. Cuenta con personal calificado para orientar y dar apoyo psicológico.
En el sistema de salud desde el médico y enfermera de la comunidad, hasta policlinicos y hospitales prestan atención a las personas con posibles adicciones, y trabajan para su total reinserción en la sociedad.
Se desarrollan también a través de los medios de comunicación campañas educativas sobre el riesgo que representan para la salud este tipo de sustancias, y de otras como el alcohol y el tabaco, que pueden abrir el camino.
Asimismo, especialistas llevan a cabo conversatorios en los centros educativos, por ser los jóvenes un sector altamente vulnerable.
En Cuba el consumo de drogas no constituye un problema social y de salud de alta incidencia; sin embargo, las autoridades no descuidan la vigilancia para evitar su entrada al país, al tiempo que desarrollan acciones educativas, preventivas y de tratamiento y rehabilitación de quien lo requiera.