En la provincia de Pinar del Río, tasa de mortalidad 3,1 por mil nacidos vivos en 2023
por Roberto Morejón
Si bien el Sistema de Salud Pública cubano no escapa a las tensiones materiales derivadas de varios factores, en primer lugar el recrudecido bloqueo estadounidense, sobresale en el balance del año anterior la reducción de la tasa de mortalidad infantil.
En la mayor de las Antillas reportaron una tasa de 7,1 por mil nacidos vivos en 2023, en comparación con 7,5 en 2022, de ahí el avance que representa 74 fallecidos menos.
Sobresalió la provincia de Pinar del Río, con 3,1 por mil nacidos vivos, a la cabeza en el país a pesar de su contexto difícil.
En efecto, los residentes allí, con el apoyo de fuerzas de toda Cuba, participan en tareas de recuperación luego del paso del devastador huracán Ian el 27 de septiembre de 2022, con afectaciones en más de 100 mil viviendas.
Otro fenómeno meteorológico en 2023 provocó daños en 80% de la electricidad y 2 mil 448 casas.
Tanto en la región mencionada como en el resto del archipiélago los 400 mil trabajadores de la salud tratan de sobreponerse a situaciones materiales adversas.
Lo anterior se traduce en insuficiencia de insumos, medicamentos y reactivos y dificultades para reparar equipamiento, ante la imposibilidad del país de disponer de divisas.
La nación antillana no accede a créditos internacionales y su inclusión en la lista de las que, según Washington, patrocinan el terrorismo le obstaculiza sus transacciones bancarias.
Además, aún sufre los rigores de los gastos derivados del enfrentamiento a la pandemia, la inflación internacional y de errores internos.
Pero el personal de salud es valorado por su profesionalidad y altruismo, como se aprecia en sus guardias médicas, atenciones especializadas y en el plan del médico de la familia.
Desde los consultorios en los barrios, los profesionales de bata blanca y enfermeros siguen la gestación de cubanas, a quienes orientan sobre la marcha adecuada hacia el alumbramiento.
Las familias acogen con satisfacción el descenso en la tasa de mortalidad infantil, acompañada de otros patrones favorables, como mortalidad preescolar, escolar y materna.
Esta última desciende de 40,9 en 2022 a 38,7 por 100 mil nacidos vivos en 2023, a lo que contribuyó, dijeron expertos, la introducción de innovaciones tecnológicas en la atención obstétrica y notables estrategias.
De esos procedimientos y de su consagración se valen médicos, enfermeros y técnicos para sortear las escaseces materiales que la salud pública cubana no puede soslayar.