Imagen ilustrativa tomada de Cubadebate
Por María Josefina Arce
Aún con las limitaciones de recursos que impone el bloqueo norteamericano, Cuba presta especial atención a las personas afectadas por ataxia, una enfermedad que todavía no tiene cura y se caracteriza por trastornos de la coordinación, del equilibrio, la marcha y el lenguaje, que van empeorando con el tiempo.
En el mundo, de acuerdo con los expertos, se conocen 50 formas moleculares de las ataxias Espinocerebelosas. Cuba es el país que a nivel mundial concentra la mayor cantidad de enfermos con el tipo 2, uno de los más frecuentes.
De acuerdo con los especialistas, en territorio cubano se registran 36,2 casos por cada 100 mil habitantes, aunque su frecuencia en la oriental provincia de Holguín es de 183 casos por cada 100 mil pobladores.
De forma gratuita y universal, el país pone las terapias existentes a disposición de las personas que padecen esa afección neurodegenerativa o tienen riesgo genético de ser afectadas.
Pero también su comunidad científica trabaja incansablemente para crear fármacos que frenen el avance de la dolencia y poder mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En ese esfuerzo se inscribe NeuroEpo, una molécula desarrollada por el Centro de Inmunologia Molecular y que se está aplicando en el país a diferentes enfermedades neurodegenerativas.
Actualmente se realiza en varias provincias cubanas el ensayo clínico fase III para evaluar la eficacia y seguridad de la aplicación vía nasal del NeuroEpo en pacientes adultos con ataxias Espinocerebelosas.
Entre el 2015 y 2016 transcurrieron los ensayos I y II, cuyos resultados evidenciaron una mejoría del síndrome cerebeloso y de las manifestaciones cognitivas. Además mostró un elevado perfil de seguridad del NeuroEpo.
Este fármaco es una esperanza para los pacientes con esta enfermedad, y una muestra más del esfuerzo del país de avanzar en la búsqueda de nuevos tratamientos, en el que sin dudas, desempeña un papel esencial el CIRAH, Centro para la Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias Carlos J. Finlay.
Una institución que combina la asistencia médica con la investigación científica y cuyos resultados tienen un impacto directo en las familias cubanas donde está presente la enfermedad.
La consagración de nuestros científicos y la voluntad política del gobierno a lo largo de los años ha hecho posible que Cuba cuente con estudios epidemiológicos, biomarcadores para poder caracterizar la afección y su progresión, así como con programas de diagnóstico prenatal y presintomático, únicos de su tipo en América Latina.