Estados Unidos y los gastos en guerras y en drogas
por Guillermo Alvarado
Estados Unidos le inyecta combustible a la guerra en Europa del este, le da armas y apoyo político y diplomático a Israel para continuar el genocidio contra la población palestina, pero curiosamente se muestra incapaz de resolver un grave problema interno, como es el narcotráfico.
De acuerdo con estadísticas publicadas recientemente, en 2022 la potencia norteña volvió a romper el récord de muertos por sobredosis de drogas ilícitas, con la cifra de 107 mil 941 decesos, lo cual indica que la epidemia del consumo crece indetenible durante los últimos años.
Para que se tenga una idea de la gravedad del asunto, Estados Unidos perdió en las guerras que libró contra Vietnam, Iraq y Afganistán, las 3 juntas, un total de 60 mil militares, cifra mucho menor a la ocasionada por el fallido enfrentamiento al tráfico de sustancias prohibidas.
Peor aún, sólo una de las drogas que circulan en ese país, el fentanilo, mató más personas que esos tres conflictos bélicos, pues de acuerdo con los datos de los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y de Estadísticas de Salud, hasta finales del 2022, últimas cifras divulgadas, unas 74 mil personas sucumbieron por ese producto.
Llama poderosamente la atención que el país más rico del mundo no sea capaz, por ejemplo, de sanear el ya tristemente célebre barrio de Kensington, en Filadelfia, donde deambulan como zombis los consumidores de dicha droga y que requieren asistencia médica urgente.
El fentanilo es sin duda alguna la sustancia más peligrosa suelta en las calles estadounidenses -y en otros países- por varias razones, la primera es que se puede producir por completo en un laboratorio, a diferencia de los opioides que requieren de la materia prima natural.
Segundo y más peligroso aún, es que resulta 50 veces más poderoso que la heroína y 100 veces respecto a la morfina, por lo que basta un exceso de unos cuantos miligramos en la dosis para matar a una persona.
Recientemente el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, participó en una conferencia de la ONU sobre estupefacientes celebrada en Viena, Austria, donde reclamó unidad para luchar contra este flagelo.
Es verdad que hace falta coordinación internacional para enfrentar el trasiego de drogas, pero también lo es que hasta ahora Washington ha visto el asunto sólo como un problema policial y militar y trata de resolverlo fuera de su territorio, donde está el mayor mercado mundial de consumo.
Desaparezca la demanda por medio de la educación y salud pública y desaparecerá la oferta, no es fácil, pero es el camino.