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Por Roberto Morejón
Javier Milei deberá sentirse complacido por los pródigos gestos de cordialidad de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la generala Laura Richardson, vehemente con el abierto alineamiento de Buenos Aires con Washington, desde la asunción del ultraliberal primer mandatario argentino.
La otrora piloto de aviación estuvo en Argentina por tercera vez y sin recato confesó propósitos del desplazamiento, entre ellos impedir, reducir o revertir acuerdos de países latinoamericanos con China.
No importa que esos lazos impliquen una relación mutuamente ventajosa, pues la administración del país norteño no quiere otras presencias al sur del Río Bravo.
En una reciente declaración escrita de 41 páginas presentada en su país, la alta oficial estadounidense referenció a China más de 100 veces, de ahí que ahora en su marcha a Argentina manifestara desvelos.
La uniformada afirma preocuparse por los avances en la construcción del Polo Logístico Antártico, en Tierra del Fuego, ante lo que Washington considera eventual participación de China en su financiamiento.
Richardson y su gobierno asimismo tienen insomnio por la base espacial que China mantiene en la provincia de Neuquén, a pesar de lo precisado de sus propósitos, en bien de los intereses de ambas naciones.
La invitada esperaba encontrar en Argentina ardorosa recepción y así fue. Incluso el Primer Mandatario se desplazó más de tres mil kilómetros para reunirse con su huésped en Tierra del Fuego.
Sin otorgarle atención a protestas de ex combatientes de la guerra de las Malvinas para denunciar lo que consideran una renuncia a la soberanía argentina, el ultraderechista Jefe de Estado destacó lo que llamó “afinidad natural” con los inquilinos de la Casa Blanca.
“Mi prioridad es ser aliado de Estados Unidos”, sostuvo Milei, en entrevista con la televisora CNN.
No asombra entonces la alfombra roja a Richardson y obsequiarla con una compra de 24 aviones de guerra a Dinamarca, como parte de un contrato auspiciado por el embajador estadounidense, Marc Stanley.
Así se rendía culto a la Jefa del Comando Sur, quien en una conferencia del Atlantic Council, vinculado a la OTAN, confesó sus afanes sobre América Latina porque, como ella resaltó, tiene ricos recursos, elementos de tierras raras y litio.
Satisfecha de su permanencia, la Comandante reveló que detallará al presidente Joseph Biden lo que denominó “el contagioso espíritu positivo de Argentina”.