Profesionales de la salud en Brasil integran programa Más Médicos. Imagen:agenciabrasil
por María Josefina Arce
Desde la pasada semana mil 600 médicos están presentes en 624 municipios de Brasil, como parte del compromiso del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de garantizar la atención sanitaria en todo el territorio, en especial en las zonas más vulnerables y de extrema pobreza.
Estos profesionales de la salud se suman a los casi 25 mil que ya laboran en diversas áreas de la geografía brasileña y que integran el programa Más Médicos, relanzado por Lula da Silva el pasado año.
El director del Departamento de Apoyo a la Gestión de la Atención Primaria del Ministerio de Sanidad, Wellington Carvalho, señaló que los estudios de todo el mundo demuestran que la atención primaria de calidad puede atender hasta 80% de los problemas de salud de una persona, familia o comunidad, entonces es importantísimo, subrayó, que se refuerce esa área.
En 2013 nació esta iniciativa, bajo el mandato de la entonces presidenta Dilma Rousseff para paliar la falta de personal sanitario en zonas pobres y alejadas.
En sus tres primeros años de implementación, el programa ofreció atención médica a 63 millones de brasileños, muchos de los cuales nunca habían tenido acceso a la salud. Hasta su puesta en marcha 700 municipios del gigante suramericano no contaban ni con un médico para atender a la población local.
Pero la llegada a la presidencia en 2019 de Jair Bolsonaro volvió a dejar sin cobertura sanitaria a millones de personas. El ultraderechista desatendió el programa y con sus ataques y cuestionamientos a los profesionales cubanos participantes provocó la retirada de Cuba.
El ex capitán del ejército ignoró las necesidades y opiniones de la población sobre "Más Médicos". Un estudio de la Universidad de Minas Gerais mostró que 95% de los brasileños aprobaba el trabajo de los médicos que integraban el programa, sin distinción de nacionalidad.
Ahora bajo la presidencia de Lula da Silva se ha retomado esta iniciativa, que de acuerdo con las autoridades sanitarias, se amplía al incluir la atención a personas privadas de libertad o de hogar.
Pero además contempla la preparación de los profesionales para hacer frente a situaciones relacionadas con la violencia de género, el abuso de alcohol, drogas, salud mental y otras problemáticas.
El actual gobierno da prioridad a garantizar un derecho humano esencial, como el acceso a la salud, y no escatima esfuerzos en llevar adelante un programa que, como afirmara el presidente brasileño, fue un éxito en el pasado y posibilitó que los habitantes de las favelas, de los remotos municipios amazónicos o las pequeñas ciudades del Interior pudieran ser atendidas dignamente por la sanidad pública.