Dina Boluarte
por María Josefina Arce
El panorama se le complica a la autoproclamada presidenta del Perú. Escándalo tras escándalo sacuden al gobierno de Dina Boluarte, quien ostenta la más alta impopularidad registrada por un mandatario del país andino en las últimas dos décadas, pues a la crisis política se suma la económica, social y de inseguridad.
Al reciente caso de los relojes de alta gama, que llevó a abrir una investigación contra Boluarte por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y agravio del Estado, se agregó la detención en los últimos días de su hermano Nicolás Boluarte como parte de una indagatoria por organización criminal.
Pero lo curioso es que la mandataria, apoyada por el ministro del Interior Walter Ortiz, había disuelto horas antes el grupo policial que apoya al Equipo Especial de Fiscales contra la corrupción.
La acción ha llevado a que la Fiscalía abra una investigación preliminar contra Dina Boluarte y el titular del Interior por encubrimiento personal y abuso de autoridad.
Boluarte no ha dejado de estar en el centro de la polémica, desde que asumiera en diciembre de 2022 el cargo, tras la destitución y posterior detención del presidente electo en las urnas en los comicios de 2021 Pedro Castillo.
A la actual jefa de Estado, que ha ido sumando escándalo tras escándalo en menos de dos años al frente del país, se le señala también por la fuerte represión policial contra las manifestaciones en contra de la destitución de Castillo que dejaron decenas de muertos.
A esto se suma la difícil situación que atraviesa una parte de la ciudadanía. De acuerdo con datos oficiales, la pobreza creció en territorio peruano en 2023, por segundo año consecutivo, alcanzando a 29% de la población.
El Instituto Nacional de Estadísticas e Informática señaló que 10 millones de peruanos son pobres y en sus hogares no se logra cubrir a diario una canasta de alimentos y otros gastos esenciales.
Esta situación es más alarmante en las zonas rurales, donde de acuerdo con la entidad, la pobreza alcanza a casi 40% de sus habitantes.
Otra problemática que preocupa a la ciudadanía y que no ha hallado una respuesta válida del gobierno de Boluarte, es la inseguridad. Una encuesta de marzo pasado reveló que el 84% de los peruanos no se siente seguro en las calles de su ciudad. Pero esta cifra crece hasta 92% en Lima, la capital.
Lo cierto es que Boluarte enfrenta el rechazo de buena parte de la sociedad desde que asumió la presidencia. Un rechazo que se ha ido incrementado, ante los escándalos de corrupción y abuso de poder y las crisis política, económica y social que afectan al Perú.