SOS Mundo

por María Josefina Arce

Las inundaciones causadas por las fuertes lluvias en Brasil que han dejado más de 140 muertos, la crisis energética en varias naciones de América Latina por las escasas precipitaciones y las altas temperaturas que se registran en otras han vuelto a poner en primer plano el cambio climático.

Aunque todavía hay muchos que por intereses económicos   minimizan este fenómeno, lo cierto es que se incrementan cada vez más los eventos meteorológicos, que ganan en fuerza y provocan numerosas pérdidas humanas y cuantiosos  daños materiales.

La Organización Meteorológica Mundial señaló, en su último informe, que el fenómeno El Niño y el cambio climático provocaron en 2023 un récord de eventos meteorológicos  en la región.

El pasado año, de acuerdo con el organismo, se registraron 67 episodios de desastres, desde tormentas, inundaciones, sequías que llevaron a incendios forestales, hasta  la disminución del nivel de agua en el Canal de Panamá.

Y el 2024 también se presenta con serios desafíos. Los expertos  prevén en toda la cuenca del océano Atlántico una activa temporada ciclonica, que se inicia el primero de junio y culmina el 30 de noviembre.

Se estima que se formarán unas 20 tormentas tropicales y de ellas  once podrían convertirse en huracanes. De esta cifra 4 podrían desarrollarse en el Mar Caribe y dos en el Golfo de México.

Sin dudas, el mundo se enfrenta a una crisis climática que afecta  la salud  de millones de personas. Ya vimos el aumento de los casos de dengue en América del Sur por las altas temperaturas, a lo que se suman las inundaciones de las últimas semanas,  que favorecen la proliferación del mosquito Aedes Aegypti.

Por demás, está en riesgo la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza a nivel mundial. En 2022 entre 691 y 783 millones de personas en el planeta pasaban hambre y una de las causas es el cambio climático.

Más de una vez se ha reiterado que los compromisos adquiridos en reuniones internacionales no pueden quedar en el papel. El Norte industrializado, el mayor emisor  de gases de efecto invernadero que llevan al calentamiento global, debería asumir con seriedad su responsabilidad y cooperar con las naciones en vías de desarrollo para mitigar los efectos del cambio climático, y ayudar a una transición energética.

El tiempo corre y el mundo  está al borde de una catástrofe climática. Los expertos señalan que contamos con los conocimientos, tecnología y los recursos, pero no hay suficiente  voluntad política, ni solidaridad para frenar la actual situación.