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Por Guillermo Alvarado
La caída en picada del valor del euro, el desplome de los mercados financieros en varios países, la disolución de la Asamblea Nacional de Francia y la dimisión del primer ministro de Bélgica, son las primeras consecuencias del alza de la extrema derecha en las elecciones de la Eurocámara.
Si bien la derecha, representada sobre todo por el Partido Popular Europeo, se mantuvo como primera fuerza en el Parlamento Europeo y seguirá controlando la presidencia del mecanismo continental de integración, es innegable que la extrema derecha es ya una fuerza importante.
En términos generales, de los 720 escaños que integran ese organismo, alrededor de 497 pertenecerán a los partidos conservadores o ultras, mientras fuerzas de tinte más moderado, como los socialdemócratas y los ambientalistas sufrieron un retroceso apreciable.
Alemania es el país con mayor número de legisladores, con 96, seguido por Francia, que tiene 81, Italia con 76 y España 61. Las restantes 407 curules se reparten entre el resto de las naciones miembros de la Unión Europea.
El golpe en Francia fue de tal magnitud, que el presidente Emmanuel Macron anunció la convocatoria a comicios legislativos anticipados.
No es una decisión fácil, pues Reunificación Nacional, de la extremista Marine Le Pen, viene de conseguir una holgada victoria, con más del 30 por ciento de votos, el doble que el partido de gobierno, y podría alcanzar la mayoría en la Asamblea Nacional francesa.
De ocurrir eso, Macron continuaría como presidente, pero tendría que aceptar un primer ministro de extrema derecha hasta el fin de su mandato.
De hecho, los seguidores de Le Pen ya casi se sienten en el poder y emitieron un mensaje donde aseguran estar “listos para poner fin a esta inmigración masiva, hacer del poder adquisitivo una prioridad y revivir a Francia”.
En Bélgica se desató una crisis política tras la dimisión del jefe de gobierno, Alexander De Croo, agobiado por el avance de la derecha.
Berlín tampoco escapó al vendaval pues la agrupación ultraderechista Alternativa por Alemania, que relativiza los crímenes cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, logró el segundo lugar.
Si bien por el momento no hay riesgo de una desintegración de la Unión Europea, es muy preocupante el crecimiento de las fuerzas más reaccionarias y, por cierto, una pésima noticia para quienes intentan migrar a ese territorio, o aquellos que ya están asentados en él.
Como muy bien dijo el ya ex primer ministro belga: “Para nosotros es una noche particularmente difícil, hemos perdido”.