Imagen ilustrativa tomada de Infomed.
Por María Josefina Arce
El mundo no debería permitir que sus niños, en muchos casos, no tengan una vida digna y que por la pobreza de sus hogares se vean obligados a trabajar. Lo cierto es que a lo largo del tiempo se ha puesto en riesgo a numerosas generaciones de infantes.
Esta problemática aún golpea, aunque se han adoptado a nivel internacional diversos convenios sobre el tema, y en 2015 líderes mundiales adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible que incluía un renovado compromiso para acabar con el trabajo infantil.
Pero en los últimos años se ha revertido la tendencia de reducción de esta problemática y, lamentablemente en el 2024 continúa siendo una realidad, que priva a este sector poblacional de todos sus derechos y lo expone a abusos y violencia.
De acuerdo con la OIT, Organización Internacional del Trabajo, la región con una mayor tasa de trabajo infantil es África Subsahariana, seguida por Asia Central y Meridional.
El organismo internacional refiere que en América Latina y el Caribe, como en buena parte del planeta, este fenómeno se incrementó por la pandemia de la COVID 19, ante el cierre de las escuelas para evitar el contagio y propagación del virus y el aumento de la pobreza en la región.
En Estados Unidos el incremento del arribo de niños migrantes solos ha disparado este triste fenómeno. El Departamento del Trabajo ha afirmado que se ha registrado un aumento de 88% de menores empleados ilegamente en todas las industrias desde 2019.
Sólo el pasado año se detectaron unos seis mil infantes en esta situación de explotación en todo el territorio estadounidense.
La realidad es que millones de menores en el mundo son sometidos a condiciones realmente peligrosas, que amenazan su integridad física y mental e impiden su desarrollo pleno.
Laboran en la agricultura, la minería, la industria manufacturera, la construcción y el servicio doméstico, pero además son víctimas del reclutamiento en conflictos armados o para el tráfico de drogas, así como de la explotación sexual.
Con motivo del Día Internacional contra el Trabajo infantil, que se celebra cada 12 de junio, la Organización NO gubernamental española Manos Unidas señaló que esta lacra sólo puede combatirse con educación y con políticas sociales que protejan a los menores y lleven a la erradicación de la pobreza.
Lejos está todavía el mundo de garantizar una infancia segura y feliz para todos los niños. Se requiere una mayor voluntad política y acciones urgentes para cumplir con su compromiso de borrar de la faz de la tierra el trabajo infantil.