Eduardo Bolsonaro, estrecho amigo de Javier Milei.

Por Roberto Morejón

Exponentes de la derecha extrema en América Latina toman nota con satisfacción del intento del conservador presidente argentino, Javier Milei, de rodearse de amigos de la ultraderecha global.

Acostumbrado a viajar allende fronteras pues ha salido seis veces desde diciembre, el libertario gobernante participó en España en una cumbre organizada por el ultraderechista Vox e intercambió mimos con miembros de partidos de esa tendencia de Italia y Alemania.

Milei se ve a sí mismo en el sitial que le arrebató al ultraconservador ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro, como el máximo ejemplo de la ultraderecha en América Latina.

Admirador de Estados Unidos, en especial de Donald Trump, y de Israel, el líder de La Libertad Avanza es visto por políticos sudamericanos de su misma línea como una garantía de refugio en caso de meterse en problemas.

Así lo piensa el legislador brasileño Eduardo Bolsonaro, quien actúa como virtual canciller de su padre, el expresidente Jair Bolsonaro, entre los principales investigados por el intento de golpe de estado contra Luiz Inacio Lula Da Silva el 8 de enero de 2023.

Ocurre que en Brasil son investigados miles de bolsonaristas alzados contra el orden nacional al invadir la sede de los tres poderes en Brasilia y pedir la intervención militar para derrocar a Lula, electo en las urnas.

Pues Eduardo Bolsonaro intervino en una audiencia en el Congreso argentino y allí denunció lo que calificó de “censura” y “persecución política” de la que serían víctimas, en su criterio, los opositores, es decir, los golpistas.

En una palabra, Eduardo Bolsonaro quiere asilo para sus cómplices, 65 de los cuales estarían en Argentina y Uruguay después de escapar de Brasil, donde son indagados.

Eduardo Bolsonaro estaría cobrando a Milei el favor que le concedió cuando al viajar con frecuencia a Buenos Aires le dio su apoyo al entonces candidato presidencial.

Posteriormente, el hijo de Jair Bolsonaro, legislador del Partido Liberal de Brasil, acudió a la toma de posesión de su estrecho amigo Javier Milei.

De manera que uno de los más connotados miembros del club internacional de amigos de la más rancia derecha del Primer Mandatario de Argentina, intenta sacar partido de los planes de este último de convertirse en referente regional de la ultraderecha.