Cyril Ramaphosa
Por Roberto Morejón
Un hábil negociador, el líder del ANC, Congreso Nacional Africano, Cyril Ramaphosa, ha sido investido para un segundo mandato presidencial en Sudáfrica, a 30 años del inicio de esfuerzos para dejar atrás la pesada herencia del desarrollo separado de razas, el odiado apartheid.
En esos planes para reducir la desigualdad, el desempleo y los insuficientes servicios básicos, el ANC, hasta ahora con la mayoría absoluta en el Congreso, ha tenido un gran peso, pero las dificultades han sido acentuadas en un país de 62 millones de habitantes.
El histórico Congreso Nacional Africano, que tanto contribuyó a la independencia de países como Namibia y Angola, perdió la mayoría absoluta en las elecciones legislativas del 29 de mayo.
Pero rápidamente, el líder del ANC y presidente Ramaphosa conversó con otras fuerzas políticas y a la postre logró integrarse en Sudáfrica un gobierno de unidad nacional, calificado por observadores y el primer mandatario como significativo y el comienzo de una nueva era.
Como el ANC obtuvo 150 escaños de los 400 que integran el parlamento, Ramaphosa dirigirá a partir de ahora un gobierno en el que se comparte el poder con algunos representantes de la oposición, algo inédito.
Entre los incluidos en el nuevo abanico político sobresale la conservadora Alianza Democrática, formación con 87 diputados que aceptó el llamado para llegar a una confluencia. También lo hicieron otros tres partidos.
De esa manera, el Parlamento reeligió como Jefe de Estado a Ramaphosa, quien según sus palabras está permeado del interés de muchos compatriotas de trabajar juntos para enfrentar las difíciles circunstancias actuales.
Unir al pueblo de Sudáfrica ha sido una de las líneas enunciadas por el reelecto dignatario, empeñado en construir una economía creciente e inclusiva, con oportunidades y medios de vida para todas las personas.
Para Ramaphosa debe hacerse todo lo posible por no perder lo construido durante las últimas tres décadas y enfilarse hacia la creación de más empleos y mayor apertura de servicios básicos.
Diez años después de la muerte del insigne Nelson Mandela, el ANC sigue como el principal partido de un país con la economía más industrializada de África, pero con necesidades por cubrir, de ahí la insistencia del Presidente reelecto de lograr la unidad nacional.