Beryl y tierras aplanadas

Editado por María Candela
2024-07-05 09:43:34

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Destrozos ocasionados por el huracán Beryl.

Por Roberto Morejón

La temporada de huracanes llega a su punto culminante en septiembre, cuando golpean los más fuertes, pero con el paso del tiempo surgen peligrosas novedades, como la de Beryl, el de categoría 5 más rápido registrado en el Atlántico.

El joven primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, reflejó elocuentemente la destrucción causada por Beryl.

El vendaval tocó tierra como categoría 4 en la isla Carriacou y dejó ese archipiélago "aplanado" en media hora, sentenció conmovido el Premier.

Pero es más, en cuestión de horas, había pasado de tormenta tropical a huracán categoría 5, un hecho sin precedentes para el inicio de la temporada en el Océano Atlántico y el Mar Caribe.

No fue solo en la llamada isla de las Especies donde el referido meteoro arrancó techos, abatió viviendas y postes de electricidad, hundió embarcaciones y dejó inundaciones, pues también reportaron daños, e incluso fallecidos, San Vicente y las Granadinas, Barbados, Santa Lucía, Jamaica, entre otros.   

Nuevamente la devastación y el desconcierto se abalanzan sobre el Caribe, una región propensa a sufrir estos castigos, con períodos de este tipo de borrascas transformadas en más peligrosas.

La cuenca del Atlántico, comprendidos el Océano Atlántico, el Mar Caribe y el Golfo de México, sufre 14 tormentas tropicales con nombre al año, de las cuales siete son huracanes y tres de ellos de gran magnitud.

Expertos coinciden en que las altas temperaturas de la superficie del mar son en parte responsables del auge e intensidad de los ciclones, al igual que un probable cambio en los patrones climáticos regionales.  

Si bien no todos los entendidos coinciden en que el cambio climático genera más huracanes, sí parece ganar consenso que los más vigorosos sean más factibles y que las lluvias asociadas ganen en intensidad.

No son pocos los que subrayan que el cambio climático causado por el hombre calienta los océanos a nivel mundial y derrite el hielo en la tierra, hasta provocar un aumento del nivel del mar e incrementar el riesgo de marejadas ciclónicas.

Son situaciones que insertadas en el Caribe otorgan mayor connotación, pues sus pequeñas islas se cuentan entre las más vulnerables al cambio climático.

Ello es así a causa de la mayor frecuencia e intensidad de desastres naturales, como huracanes e inundaciones, y al aumento del nivel del mar.

El Caribe, hoy azotado por Beryl, requiere de comprensión y solidaridad, sobre todo para sus pequeños agricultores, quienes sostienen la hoy amenazada seguridad alimentaria.

 

 

 



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