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Por María Josefina Arce

Los venezolanos fueron a las urnas este domingo, en unas elecciones generales marcadas desde su convocatoria en marzo pasado por una intensa campaña mediática de la ultraderecha, con el visto bueno de  Estados Unidos, que ha apoyado en más de dos décadas todo tipo de acciones desestabilizadoras contra la nación suramericana. 

A estos nuevos comicios concurrieron 10 candidatos a presidente, nueve de la llamada oposición y el actual jefe de estado  Nicolás Maduro, por el Gran Polo Patriótico, quien obtuvo una contundente victoria y resultó elegido para un nuevo mandato. 

El Consejo Nacional Electoral, en su primer informe tras el escrutinio del 80% de los votos  y una tendencia irreversible, precisó que Maduro obtuvo 51,20% de los sufragios. 

El ente denunció un ataque contra el sistema electoral, que retrasó la información de los resultados que con calma y disciplina esperaron los venezolanos.

No es la primera vez que en un contexto electoral se pone en marcha la maquinaria de los elementos más retrógrados de la sociedad, respaldados por Washington que insiste en interferir en los asuntos internos de Venezuela.

Así ha sido desde que en 1999 arribó a la presidencia  Hugo Chávez. Constantes han sido los ataques contra la Revolución Bolivariana y sus programas sociales a favor de los más humildes, siempre olvidados por los gobiernos anteriores, entregados al gran capital.

Ataques que  han arreciado en los más de treinta procesos en las urnas  efectuados  desde ese año hasta la fecha en el país suramericano, y que han contado con una amplia participación de los venezolanos.

Siempre recordemos  ha recurrido la derecha al manido argumento del fraude, excepto, recuerdan los expertos,  cuando el resultado le ha sido favorable como en 2015, año en que obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional.

Ha olvidado siempre  convenientemente la oligarquía que el sistema electoral venezolano ha sido calificado como seguro y confiable. Lo reiteró en Caracas en las ultimas horas Nicanor Moscoso, presidente del Consejo de Expertos Electorales de América Latina.

Pero siempre han intentado manipular a la opinión pública y dejado abierto el camino a recurrir a su palabra favorita: fraude, ante cada fracaso en las urnas. Ahora  incluso, la Plataforma Unitaria Democrática,  de María Corina Machado, alumna aventajada de Washington y que impulsó la candidatura de Edmundo González, quien obtuvo 44, 2% de los votos, se negó a firmar un acuerdo que reconocería los resultados de los comicios.

Las autoridades han garantizado un proceso transparente; así lo confirmó la presencia en territorio venezolano de unos 700 observadores internacionales y de mil 326 periodistas extranjeros y nacionales.

Asimismo, fueron desplegados más de 388 mil efectivos en los colegios electorales para asegurar la paz y tranquilidad en la jornada electoral, en la que estaban llamados a participar más de 21 millones de ciudadanos.

Los venezolanos votaron este domingo por la paz, el diálogo, en defensa de su  soberanía ante los ataques internos y externos y por el avance económico y social de la nación.