Cartel

Por María Josefina Arce

Los argentinos volverán  a las calles para dejar claro su descontento con la política económica del gobierno que preside Javier Milei, y que ha incidido negativamente en las condiciones de vida de gran parte de la ciudadanía, sobre todo de los asalariados y pensionados que sufren un acelerado proceso de empobrecimiento.

El 7 de agosto los trabajadores estatales cumplirán un paro nacional y marcharán en demanda, han señalado,  de dos cosas que Milei les está quitando: el pan y el trabajo.

Rodolfo Aguiar, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado, denunció el recorte en los salarios, las cesantias masivas y la reducción  presupuestaria que lleva a cabo el actual ejecutivo.

Precisó que en siete meses fueron destruidos 178 mil puestos laborales, la mayoría de los argentinos están endeudados y el estado cierra instituciones.

En Buenos Aires, la capital, tendrá lugar la mayor concentración, en la que participarán también otras agrupaciones sociales, de derechos humanos y sindicales como la CGT, Confederación General del Trabajo, la más grande del país suramericano.

Se espera una masiva asistencia como se han caracterizado las protestas en territorio argentino desde que Milei llegó a la presidencia en diciembre pasado y, puso en marcha un programa económico que ha llevado al aumento de los precios de la canasta básica y de los servicios y a una pérdida del valor adquisitivo de los salarios.

De hecho en medio de este contexto, las autoridades anunciaron que a partir del próximo día 12 aumentará la tarifa de los ómnibus públicos en el área metropolitana de Buenos Aires.

Otro de los sectores que se ha visto afectado con fuerza por el ajuste de Milei es el de los profesores universitarios y trabajadores no docentes de esos centros de altos estudios, cuyos ingresos cayeron 45%.

Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario, apuntó que de la misma manera que no es posible la institución sin recursos mínimos para funcionar, tampoco lo es sin salarios dignos para los trabajadores de la educación,  quienes forman a los futuros profesionales.

El resultado es que muchos docentes están comenzando a irse del sistema público en busca de mejores opciones, pues su situación es insostenible.

El miércoles será otra jornada para que los argentinos defiendan sus derechos, ante un gobierno que no escucha los reclamos de gran parte de la ciudadanía.