Visita indecorosa en Eizeza

Editado por Martha Ríos
2024-08-10 11:05:38

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Los implicados en el “tour” trataron de evitar la difusión del encuentro, ocurrido semanas atrás,
aunque una foto reveladora y las declaraciones de algunas diputadas, atrajeron las miradas
de todos. Foto tomada de Hoy Día Córdoba

Por Roberto Morejón (RHC)

Falta por determinar si el ultraderechista presidente Javier Milei sabía de la visita impúdica de diputados de su partido, La Libertad Avanza, a represores durante la dictadura en el penal de Ezeiza, pero en cualquier caso el diálogo entre encarcelados y legisladores era suficiente para escuchar voces airadas.  

Milei, atareado en la organización de múltiples viajes e inmerso en los asuntos internos de Venezuela, pudo haber quedado al margen.

Si así fuera deberá cargar con el peso del significado del viaje de los diputados libertarios a un penal donde están encerrados reos que cometieron delitos de lesa humanidad, responsables de la desaparición de más de 30 mil personas.

Los libertarios se acercaron, en la cárcel de Ezeiza, a verdugos como Alfredo Astiz, quien cumple prisión perpetua, y es conocido por el elocuente sobrenombre de “Ángel de la muerte”.

El perverso fue condenado por infiltrarse en Madres de Plaza de Mayo, así como por desapariciones y torturas en la ESMA, recinto que operara como el principal centro clandestino de detención y exterminio durante la dictadura en Argentina, entre 1976 y 1983.

Otro de los convidados a la amena charla por los gentiles visitantes fue Juan Manuel Cordero, quien purga 25 años de prisión por crímenes cometidos en el Plan Cóndor.

Como se recordará esa operación sembró la represión en la década de los 70 y 80 del siglo pasado a fin de truncar los gobiernos progresistas en América Latina.

Más allá de hurgar en los otros saludados durante la visita a Ezeiza, resulta oportuno recordar que Milei y La Libertad Avanza se inscriben en un sector de argentinos que, olvidando el pasado, relativizan los crímenes cometidos por los militares o reivindican su actuación.

Por lo tanto, dialogar con los represores está lejos de representar un acto aislado e incluso irreflexivo.

Los implicados en el “tour” trataron de evitar la difusión del encuentro, ocurrido semanas atrás, aunque una foto reveladora y las declaraciones de algunas diputadas, atrajeron las miradas de todos.

El hecho de que una de ellas dejara entrever que la reunión con los culpables de execrables delitos tenía el consentimiento de la Casa Rosada, le adjudica mayor implicación al traslado.

No en balde el día de la independencia argentina, el 9 de julio pasado, Milei y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, desfilaron con las fuerzas armadas y se mostraron a bordo de un tanque de guerra.



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