Fidel Castro. Archivo:MC
por María Josefina Arce
Una figura imprescindible de la historia no sólo de Cuba, sino también del mundo y en especial de esa América nuestra es Fidel Castro. Su pensamiento y ejemplo guían a los cubanos y a incontables personas que luchan por sociedades más justas e inclusivas.
Constante fue su batallar a favor de los desposeídos de la Tierra. Su voz se alzó clara y fuerte en las distintas tribunas internacionales para defender el derecho de los pueblos a vivir en paz y a prerrogativas esenciales como la salud y la educación.
Memorable fue su primera intervención en la ONU en septiembre de 1960. Sus palabras fueron una condena a la desigualdad y la pobreza existente en el planeta, que atentan contra la dignidad del ser humano.
Pero Fidel fue mucho más allá y supo impregnar a la revolución cubana de ese humanismo y solidaridad tan necesarios en un mundo cada vez más egoísta.
Bajo su guía, grande ha sido la contribución de Cuba a hacer posible el acceso a la atención sanitaria y a la educación de numerosos pueblos en diversas latitudes.
De su humanismo habla, entre incontables ejemplos, su iniciativa de constituir en 2005 el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, que ha dejado su huella en muchos rincones de la geografía mundial.
En casi dos décadas el Contingente ha escrito hermosas páginas de solidaridad. Asistió a los damnificados por las inundaciones en Guatemala y del terremoto en Pakistán, en el 2005. Estuvo en 2014 en África Occidental cuando la epidemia del ébola.
Durante la pandemia de la COVID 19 brigadas del Henry Reeve ayudaron en numerosas naciones al enfrentamiento contra la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Al compromiso del líder histórico de la revolución cubana con los más humildes, se debe igualmente la creación en 1999 de la Escuela Latinoamericana de Medicina, que ha formado como profesionales de la salud a jóvenes humildes de diversos países del mundo, incluido Estados Unidos.
Fidel siempre puso al hombre en el centro de la atención. Se distinguió por la constante preocupación por el bienestar y progreso de los cubanos, pero también de los ciudadanos de otros países. Por eso vive en su pueblo y en el corazón y memoria de otros muchos pueblos.
Y es que como afirmara el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez: "Fidel no le pertenece sólo a Cuba, le pertenece a este mundo nuestro, a esta América nuestra".