Imagen de archivo/RHC
Por Roberto Morejón
Estados Unidos, países de la Unión Europea y de América Latina, y las redes sociales intentan sembrar el artificio del triunfo del candidato de la extremista María Corina Machado, en las elecciones en Venezuela de julio último.
Desde antes de la jornada en las urnas, el gobierno bolivariano alertó sobre los planes de la oposición, con Machado y Edmundo González bajo su sombra, de descalificar al Consejo Nacional Electoral, para argumentar que una victoria de Nicolás Maduro sería solo resultado de un fraude.
De acuerdo con esa campaña mediática internacional y de gobiernos conservadores, fundamentalmente, solo serían válidas las supuestas “pruebas” de la Plataforma Unitaria Democrática, basadas en actas que, según el gobierno venezolano, tienen irregularidades.
Machado es dibujada como la “heroína” de la narrativa antigubernamental, aquella que unos días afirma ser perseguida y al otro se sube, sin que nadie la frene, a un camión para caldear los ánimos.
A ella la apoyan, entre otros, el secretario norteamericano de Estado Adjunto, Brian Nichols, quien en redes amenaza a quienes califica de responsables del fraude electoral y represión.
Muy cercano, el eterno viajero Javier Milei, entre los primeros en reconocer al candidato de la Machado y hablar de dictadura en Caracas, como para tender una cortina de humo sobre sus planes de excarcelar a represores en Argentina.
No obstante la gigantesca presión sobre Venezuela, el presidente Maduro cree que el fascismo fracasó y convocó a una conferencia internacional sobre el tema.
No parece divorciada de la realidad esa tendencia autoritaria, como lo demuestran los desmanes de los “comanditos”, integrados por jóvenes pagados por la derecha para asaltar infraestructuras, derribar estatuas y hasta asesinar a veinte personas.
El Gran Polo Patriótico, el Partido Socialista Unido de Venezuela y el gobierno no se cruzaron de brazos ante la arremetida externa e interna, como se evidenció durante las multitudinarias marchas en las calles de apoyo a la democracia y el orden y en rechazo al golpe de estado.
Venezuela despliega hoy un combate sin cuartel contra el odio, la mentira y la manipulación que intentan desconocer el dictamen del Consejo Nacional Electoral sobre el triunfo de Maduro y garantizar el acceso de las huestes de Machado a Miraflores, escoltada por Nichols y Milei, en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo.