Protestas de diversos sectores en Argentina. Imagen: Archivo
por María Josefina Arce
La última semana ha sido compleja para Javier Milei. Además de sufrir varios reveses en el Congreso, el presidente argentino enfrentó protestas de diversos sectores contra su política económica que ha ocasionado serias afectaciones en la calidad de vida de los argentinos.
Docentes de las universidades públicas cumplieron un paro de 48 horas, con un alto nivel de adhesión en todo el país. El conflicto ha ido escalando y no se descarta la realización en septiembre venidero de una Marcha Federal Universitaria para reiterar su demanda de mejoras salariales, ante la pérdida de 50% de su poder adquisitivo.
Ya en abril pasado tuvo lugar una protesta similar, que obligó al gobierno a actualizar el presupuesto de los centros de altos estudios, pero no las remuneraciones de los trabajadores docentes y no docentes.
Al paro de 48 horas de ese sector, se sumó en esa misma semana la protesta frente al Ministerio de Capital Humano, en Buenos Aires, la capital, del Frente de Lucha Piquetero y cocineras de ollas populares para exigir la entrega de alimentos a las instituciones que atienden a las personas más afectadas por la actual situación económica.
De acuerdo con las estadísticas, 60% de la población está por debajo de la línea de pobreza y 10 millones de personas son indigentes.
Junto al cada vez mayor descontento popular por su programa económico, Milei enfrentó en los últimos días varias derrotas en el Congreso. La última la aprobación de un alza de las jubilaciones.
Con 61 votos a favor y 8 en contra, el Senado convirtió en ley un proyecto que incrementa en 8,1% las jubilaciones y pliega el índice de actualización mensual al de precios.
Y aunque Milei ha amenazado con vetar la legislación, tiene un desafío bien difícil, pues la norma fue aprobada en las dos cámaras del Congreso por más de dos tercios, justamente la cifra necesaria para que el órgano legislativo pueda revertir el veto presidencial.
Con anterioridad la Cámara de Diputados rechazó un decreto del gobierno que asignaba más de 100 millones de dólares, como fondos reservados, a la Secretaría de Inteligencia del Estado.
Además perdió el control de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los organismos y actividades de Inteligencia, que quedó en manos de Martín Lousteau, de Unión Cívica Radical y quien ha sido blanco de ataques de Milei y sus seguidores en las redes sociales.
Milei enfrenta oposición en varios frentes, dado el alto costo social del fuerte ajuste fiscal que lleva adelante, y la última semana no ha sido precisamente, nada fácil. Lo cierto es que el descontento crece entre los argentinos, dada la compleja situación que viven.