Cuba y la cooperación Sur-Sur
por María Josefina Arce
Ante los serios desafíos que enfrentan los países en vías de desarrollo, gana en importancia la cooperación Sur-Sur, una oportunidad para avanzar en el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que busca entre otros objetivos, acabar con el hambre, la pobreza y contrarrestar el cambio climático.
Cuba sin dudas, ha sido durante décadas un protagonista esencial de este intercambio y acompañamiento entre las naciones en vías de desarrollo, que además, ha promovido en foros internacionales y desde sus responsabilidades al frente del MNOAL, Movimiento de Países NO Alineados, y más recientemente del Grupo de los 77 y China.
Sobresale el enorme impacto de la ayuda médica cubana a numerosas naciones del mundo. La ONU ha destacado como una de las experiencias sobresalientes de este mecanismo la ayuda del país caribeño a la lucha contra el ébola en África Occidental.
Larga es la lista de ejemplos de la cooperación internacional de la Mayor de las Antillas, un principio esencial de su política exterior desde el triunfo de la revolución en enero de 1959.
Su colaboración en salud se extiende también a la formación de recursos humanos de numerosos pueblos.
La Escuela Latinoamericana de Medicina, fundada en noviembre de 1999 por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, es una clara muestra del compromiso de nuestro país con las estrategias de desarrollo compartidas.
En ese camino resalta igualmente, su contribución a la alfabetización en el mundo. Su colaboración e implementación del método "Yo sí puedo", ideado por pedagogos cubanos, posibilitó que Venezuela, Bolivia y Nicaragua fueran declarados Territorios Libres de Analfabetismo, de acuerdo a los requerimientos establecidos por la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Activa ha sido su participación en iniciativas que buscan aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático. Cuba ha puesto sus conocimientos y experiencias sobre este tópico a disposición de otros Estados, especialmente de nuestros hermanos caribeños.
Es así que expertos cubanos han ayudado a perfeccionar los mecanismos de respuesta de naciones del área, como República Dominicana.
A través del proyecto Manejo de Riesgo en el Caribe, creado en 2004 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, esta transferencia de conocimientos también ha beneficiado a Jamaica, Trinidad y Tobago e Islas Vírgenes Británicas.
En medio de las limitaciones que impone el bloqueo norteamericano, Cuba nunca ha desistido de brindar su ayuda solidaria a otros pueblos, y de su compromiso de trabajar unidos por una mayor justicia social.
