Foto tomada de Internet
Por Roberto Morejón
En medio de una euforia al conocerse en Colombia sobre el descubrimiento de importante yacimiento de gas, se alzaron numerosas voces en alerta de que el optimismo sea comedido, pues la noticia no puede desdibujar el objetivo de acometer una transición hacia las energías renovables.
Un nuevo hallazgo de las compañías Petrobras, de Brasil, y Ecopetrol, de Colombia, duplica las reservas de gas de ese último país, al considerarse el más grande acierto desde los años 90 del siglo pasado.
El hallazgo se realizó en el pozo Sirius, costa afuera de Colombia, y llega después de más de 20 años de escasear este tipo de novedades.
Los reportes coinciden con los planes del gobierno encabezado por el presidente Gustavo Petro de buscar inversiones por 40 mil millones de dólares y así financiar la transición energética del país sudamericano.
Como se sabe, el primer mandatario Gustavo Petro es un ferviente opositor al desarrollo de los combustibles fósiles, favorece las energías limpias y avanza hacia lo que expone como una economía descarbonizada, productiva y competitiva.
El estadista asegura que el uso de esos recursos tradicionales va en contra de la economía de la vida, objetivo esencial de su gobierno.
La oposición conservadora y un sector de la industria cuestionan esas posturas del gobierno porque en su criterio ponen en riesgo la autosuficiencia energética.
No obstante, los entusiastas por el nuevo descubrimiento alegan que llega en un momento crucial, pues Colombia afronta una crisis hídrica por el fenómeno climático El Niño, y debió incrementar sus importaciones de gas en 2 mil 500 por ciento entre 2022 y 2023.
Dicho de otra forma, el descubrimiento pasa a tener un rol protagónico en un país necesitado de gas, pues según cifras de Naturgas, el gremio nacional de empresas de gas, Colombia tendrá en 2025 un déficit de este hidrocarburo equivalente a 7,5% de la demanda total y en 2026 aumentará a 16%.
No obstante, los expertos alertaron de que si bien alegra conocer del descubrimiento de un significativo yacimiento gasífero, su puesta en funcionamiento comercial demorará años, y por ahora Colombia deberá importar ciertas cantidades.
De manera que la opinión pública local debe matizar su animación a la luz de los más audaces estudios, aquellos indicadores de la necesidad de reducir paulatinamente la dependencia de los combustibles fósiles, fuente de contaminación del entorno, y concentrarse en las energías solar y eólica.