Violencia en Ecuador. Imagen: Archivo

por María Josefina Arce

Ecuador está atrapado en la violencia y el presidente Daniel Noboa sigue sumando estado de excepción tras estado de excepción, sin que por el momento se logren los resultados esperados por la sociedad.

El incremento de hostilidades y la presencia prolongada de grupos armados organizados fue el argumento  del mandatario para volver a recurrir a esta disposición,  la cuarta vez que la decreta  desde enero último.

La medida de carácter extraordinario, precisó el ejecutivo, estará vigente por 60 días en las provincias de Guayas, Los Ríos, El Oro, Manabí, Santa Elena y Orellana, las cuales ya fueron parte del anterior estado de excepción decretado por Noboa y que ha estado vigente en los últimos tres meses.

Pero ahora también se incluye a Quito, la capital, en esta disposición, que contempla la suspensión de algunos derechos constitucionales, como el de la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión, al tiempo que establece el toque de queda en algunos cantones de esas provincias.

De acuerdo con el decreto, en las regiones declaradas en emergencia se registraron de enero a septiembre último casi 4 mil asesinatos.

Los expertos estiman que es evidente que el gobierno no tiene otra estrategia, ni un plan para enfrentar el problema de la violencia que viene haciendo estragos en territorio ecuatoriano.

De hecho una encuesta de Informe Confidencial arroja que seis de cada 10 ecuatorianos considera que el país está peor que hace un año.

En Quito, la capital, el sondeo revela que el porcentaje de percepción al respecto es de 66%.

La realidad es que la declaratoria de estado de excepción se ha convertido en una acción recurrente y de excepcional ha pasado a ser normal, sin que se adopten otras medidas para ir al fondo del problema.

Los ecuatorianos exigen más acciones del gobierno que preside Noboa, pues los hechos violentos persisten en las calles, a pesar de la presencia de las fuerzas militares y los constantes estados de excepción.