Foto: insurgente.org
Por Roberto Morejón
En coincidencia con una línea palmaria entre los países en desarrollo, Cuba solicitó oficialmente su incorporación a los BRICS como socio, paso que pone de relieve el punto de vista de La Habana al ver a ese bloque como actor clave en la geopolítica global.
Apreciado por la mayor de las Antillas y muchos países del Sur como una esperanza, los BRICS se alzan como una alternativa plausible en un mundo donde prevalecen espacios dominados por los más poderosos, como el Grupo de los 7.
Conformada inicialmente en 2006 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a la agrupación se incorporaron en el año en curso Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita e Irán, de ahí que hoy se le llame Brics+.
El papel e influencia en la esfera internacional de este conjunto de países crece con rapidez, en tanto trabaja en una óptica al margen del presente orden mundial, diseñado por el Norte industrializado y las grandes transnacionales, injusto y hostil.
El orden internacional actual solo es eficaz para minorías y debe ser transformado, posición en la que Cuba coincide con los BRICS y otras naciones del Sur, por lo que destacó la presencia del presidente Miguel Díaz-Canel en la cumbre del bloque en Sudáfrica en 2023.
La mayor de las Antillas acudió a esa cita en su condición de presidente pro tempore del Grupo de los 77 y China y allí se pusieron de relieve coincidencias con los BRICS, entre ellas la necesidad de una transición a un orden multipolar que haga contrapeso a Estados Unidos y potencias occidentales.
Cuba, cuya política exterior aboga por la paz, el respeto a la soberanía e independencia y el rechazo a las medidas coercitivas unilaterales como el bloqueo estadounidense, destaca las posiciones convergentes en muchos temas de la agenda exterior con los BRICS.
Si la nación caribeña es aceptada, será una oportunidad para encausar en ese podio temas comunes al Sur global como el imperativo de un orden monetario internacional más estable, previsible y diversificado.
Y también la defensa de un modelo de cooperación solidaria y de beneficio compartido, sin injerencias en los asuntos internos de los países.
Sin ser un bloque anti-occidental o anti-estadounidense, como algunos sugieren, los BRICS atraen cada vez más la atención de los pueblos.