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Por Roberto Morejón
La simultaneidad de dos importantes eventos meteorológicos recordó a los cubanos la peligrosidad cada vez más acentuada de las temporadas de huracanes en el Atlántico y el Caribe.
Una vaguada en el nororiente del archipiélago que con sus lluvias amenazó con nuevas contingencias en una zona castigada el 20 de octubre por el huracán Oscar, obligó a las autoridades a evacuar a casi 70 mil personas, y a trasladar recursos materiales hacia lugares seguros.
En el suroeste del Mar Caribe se desarrolló la tormenta tropical Rafael, devenida después huracán, con impacto directo en el occidente de Cuba, aunque su extensa área de nublados castigó a casi todo el país.
Los expertos internacionales destacan el cumplimiento de los pronósticos sobre la elevada actividad de la temporada ciclónica en el Atlántico correspondiente a 2024.
Por ejemplo, cinco huracanes han tocado tierra en la costa del Golfo de Estados Unidos este año, incluyendo los nombrados Helene y Milton.
Es cierto que como subrayan los entendidos, la actividad tropical suele disminuir en noviembre, pero advierten que se trata de estadísticas, sin implicar ello que las tormentas no puedan desatarse.
En opinión del meteorólogo cubano Elier Pila, este año se ha señalado por la formación de organismos ciclónicos con una evolución muy rápida y en el período históricamente menos activo para ese tipo de fenómenos.
Los huracanes Rafael y Oscar, con incidencia nefasta sobre la mayor de las Antillas, constituyen muestras de lo apuntado por el especialista.
Incluso la temporada 2024 se destaca por etapas de calma, pero seguidas de otras agitadas y hasta la circulación de tres eventos en el Atlántico y el Caribe.
Noviembre, sexto y último mes del período ciclónico, parece destinado a sorprender, auguraron meteorólogos en un artículo publicado en el sitio Tutiempo.com.
En su criterio, las condiciones atmosféricas y oceánicas de las últimas semanas permitieron la formación de poderosos ciclones, en parte, subrayaron, por el calentamiento del océano Atlántico y lo que se denomina Oscilación de Madden-Julian.
Todo ello se une a las temperaturas del Caribe y del Atlántico, muy por encima del promedio, de ahí la exhortación a mantener las precauciones, pues noviembre puede deparar más sorpresas.
Si fuera así, ocurriría en un año en el que diez de las tormentas formadas se convirtieron en huracanes, de los cuales cuatro se intensificaron hasta ganar la categoría de mayores.
La temporada ciclónica 2024 está por encima del promedio en términos de tormentas con nombres, huracanes y huracanes mayores.