Foto: Radio Bayamo
Por Roberto Morejón
Una problemática inusitada se registra en Cuba ante la continuidad de varias contingencias naturales, cuyos efectos ponen en tensión los limitados recursos del país, siempre con la prioridad de salvar vidas.
A los devastadores pasos de los huracanes Oscar, por la oriental provincia de Guantánamo, y de Rafael, por el occidente del archipiélago, le siguió una anomalía desacostumbrada.
Sacudida por periódicos ciclones, la mayor de las Antillas tiene una larga trayectoria de enfrentamientos a esos fenómenos, no así frente a sismos, infrecuentes en la geografía local.
Sin embargo, dos terremotos de significativa intensidad y centenares de réplicas se registraron en el sureste de la región oriental de Cuba al iniciarse la semana en curso.
El municipio de Pilón, en la provincia de Granma, figura entre los más dañados, pues tres edificaciones se desplomaron y cerca de 200 reportaron daños parciales así como escuelas y redes eléctricas, con cuatro personas lesionadas.
Expertos destacaron el alto nivel de energía liberada en la región del sureste oriental, extenso territorio en el que fueron averiadas por los dos terremotos más de 2 mil casas, 30 recintos de salud y otras 144 instituciones estatales.
Los entendidos en la materia, concentrados en la ciudad de Santiago de Cuba, resaltaron que en cualquier región azotada por un movimiento telúrico, es normal la demora en recobrarse el equilibrio de las placas sobre las que asienta.
Los vecinos de la zona refieren el temor sentido inicialmente al percibir los temblores de la tierra y cómo se trasladaron desde sus casas y otras edificaciones hacia lugares abiertos, como recomiendan las normas de la Defensa Civil ante este tipo de fenómenos.
Con rapidez, fue descartada la inminencia de un tsunami, como sugirieron algunas personas, sin estar avaladas por los conocimientos requeridos.
La disciplina prevaleció a la postre en los habitantes de la región estremecida, a pesar de lo poco habitual de este tipo de contingencias en la nación caribeña.
Tal y como ocurre en las regiones del país golpeadas por dos huracanes, las autoridades visitaron los poblados más castigados por los sismos y ya se comienza a trabajar en la provincia de Granma para atender a las familias damnificadas.
Cuba, aquejada asimismo por una tensión en su red electroenergética, destina fuerzas y recursos, de un fondo limitado a causa del bloqueo estadounidense, para que nadie quede indefenso ante eventualidades de la naturaleza, como los sismos.