Foto: Fidel soldado de las ideas
Por Roberto Morejón
El curso escolar en Cuba recobró su vitalidad esta semana, aunque en condiciones especiales, pues varias regiones del país han sufrido severos estragos por el cruce de dos huracanes y el registro de dos sismos.
Por la oriental provincia de Guantánamo cruzó el 20 de octubre el huracán Oscar y su homólogo Rafael lo hizo el seis de noviembre por el occidente del archipiélago caribeño.
Oscar embistió Guantánamo, donde asentamientos poblacionales, establecimientos estatales y escuelas recibieron daños.
Mucho tuvieron que atarearse los guantanameros para recobrarse de las graves inundaciones causadas por las fuertes lluvias, cuyas corrientes de agua penetraron en casas y otros edificios.
Poco a poco en Guantánamo comenzaron a reparar viales y escuelas para reanudar el ciclo docente, aunque algunos de esos últimos recintos aún están en vías de alistarse, por lo que fue necesario adaptar inmuebles para la asistencia de los alumnos a clases.
Con el paso del potente huracán Rafael por el occidente del archipiélago y particularmente en la provincia de Artemisa, cayeron a tierra miles de árboles, postes del tendido eléctrico, techos y paredes de viviendas.
El fenómeno meteorológico castigó duramente en Artemisa casi 300 escuelas, lo que obligó a iniciar el restablecimiento constructivo.
Así ocurre en medio de una situación tensa por otras alteraciones presentes en la provincia a causa del potente meteoro.
Pero en la mayor de las Antillas se priorizan los servicios de salud y educación, de ahí el énfasis en la evaluación de averías y la asignación de recursos para atender las necesidades de los planteles.
No fue posible reiniciar esta semana el período docente en Artemisa, pues se buscan alternativas para los colegios con mayores perjuicios.
En medio de la vorágine de trabajadores movilizados en Artemisa y hacia ella, resalta el compromiso porque niños y jóvenes vuelvan a contar con al menos un mínimo de condiciones para asistir a sus aulas.
El año lectivo, con las escuelas imprescindibles abiertas y el claustro de profesores posible, constituye un logro de la educación en Cuba ante las pronunciadas dificultades materiales, causadas en lo fundamental por el bloqueo estadounidense.
Más de 1 millón 600 mil estudiantes colman las escuelas que no en todos los casos reúnen las máximas condiciones arquitectónicas, pero se acondicionaron para otorgar una atmósfera asequible a alumnos y maestros. Artemisa volverá a disponer de esas facilidades.