por María Josefina Arce
Hoy, 3 de diciembre, es el Día de la Medicina Latinoamericana, un motivo más que suficiente para reconocer la dedicación de los profesionales cubanos de la salud que durante décadas han estado en la primera línea en el enfrentamiento a diversas enfermedades para proteger al pueblo, y puesto además, sus conocimientos a disposición de ciudadanos de otras naciones del mundo.
Diaria es la entrega del personal sanitario cubano, que se distingue por sus altos valores éticos y humanistas, y que en su cotidiana labor deben sortear las limitaciones materiales que impone el bloqueo norteamericano.
Encomiable fue su desempeño durante la pandemia de la COVID 19. Dia tras día se expusieron al coronavirus y aún en las difíciles condiciones de un país bloqueado, del cansancio y la incertidumbre al enfrentarse a una enfermedad casi desconocida nunca dejaron de batallar por la vida de sus compatriotas.
Y aunque el enfrentamiento a la COVID 19 requirió el mayor número de trabajadores, otros muchos mantuvieron diversos servicios para no descuidar programas esenciales del sistema sanitario cubano.
Pero nuestros profesionales de la salud marcharon también a otras latitudes para ayudar al enfrentamiento del virus. Estuvieron incluso, en Italia, epicentro en un determinado momento de la pandemia, donde hombro con hombro con sus colegas italianos libraron una intensa lucha contra la muerte.
De un gran reconocimiento y gratitud fueron merecedores nuestros colaboradores, que como señalara el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, representaron la victoria de la vida sobre la muerte, de la solidaridad sobre el egoísmo.
Ya los profesionales de la Mayor de las Antillas se habían enfrentado a otras difíciles situaciones, como el combate a la epidemia del ébola en África occidental que inició en marzo de 2014.
Han estado presentes además, en naciones afectadas por desastres naturales. En Haití fueron los primeros en atender a los damnificados por el fuerte terremoto de 2010 y el posterior brote de cólera.
Cinco años antes fue igualmente meritoria su labor en Pakistán, tras el sismo de 7,6 en la escala de Richter de 2005 que dejó más de 86 mil muertos y más de 106 mil lesionados.
Los médicos cubanos atendieron durante 8 meses a cerca de dos millones de personas y realizaron cirugías de alta complejidad. Como destacó el diario británico The Independent, ellos fueron los primeros en llegar y los últimos en irse.
Nuestros cooperantes de la salud igualmente han contribuido a mejorar los índices sanitarios en numerosos pueblos del mundo.
Páginas profundamente humanas han escrito a lo largo de décadas los profesionales cubanos de la salud, merecedores en todo el mundo de respeto, admiración y gratitud.